23 noviembre, 2020

CUANDO EMPEZÓ AQUELLA REFORMA EDUCATIVA DE LOS AÑOS 90

En aquel entonces, finales de años 80, y ante el vacío de poder que había dejado el franquismo, pues una generación progresista decantada por el marxismo o el romanticismo político o las nuevas tendencias posmodernas, y, siguiendo las pautas de Gramsci o Paulo Freire, Foucault y otros, se pusieron a reformar el sistema educativo heredado del franquismo en función de una ideología antiautoritaria y utópica. El partido en el poder, el PSOE, un partido que en los años del franquismo era tan solo testimonial en la izquierda de entonces, pero que de repente y de forma abrumadora se empezó a llenar de nuevos políticos salidos de diferentes ideologías o ninguna, y comenzó la transformación de España hacia los ideales socialdemocráticos europeos. Era el partido de izquierdas que necesitaba la Europa comunitaria. Y la reforma educativa era una tarea pendiente.

Y así comenzó la llamada LOGSE. Muchos profesores de forma dramática, pasamos a tener que adoptar y aplicar una generalizada ideología educativa que buscaba romper con el pasado y adaptarse a los nuevos tiempos.  Los alumnos ahora pasaban a ser, sin excepción, sujetos de potencialidades creativas sin límite. Empezaron a cambiar leyes, disposiciones, teorías pedagógicas, programaciones, lenguajes que se mudaban a jergas abstractas de orientaciones ideológicas transformadoras y redentoras de la humanidad, y así comenzó la reforma LOGSE. Entrábamos en la educación obligatoria y universal a pleno pulmón retórico, pero con escasez de medios y de preparación técnico-ideológica adecuada. Todo ello dentro del mismo marco de institutos de encerado y tiza, aulas de 25 o 30 alumnos, y medios, tales como laboratorios, bibliotecas y talleres, más bien simbólicos que existentes.

El alumno también pasaba a ser una especie de matrioska con muchas capas donde al final estaba el talismán puro de la imaginación e inteligencia incorrupta (la socialdemocracia asume cierto gnosticismo humanista muy proclive a la simple demagogia). Como todas las ideologías abstractas de tipo utópico-racionalista, la obviedad y el sentido común de la experiencia humana pasaban a ser los mayores enemigos a eliminar; y entonces las capas que se iban quitando eran supuestos prejuicios autoritarios (que efectivamente había, pero no siempre negativos), una retrógrada forma de enseñar y de evaluar (que  era mejorable, pero no devaluándola a juegos de pura subjetividad sentimental por mucho barniz pseudocientífico que se le echase).   

Para consolidar una reforma bajo estos parámetros, había que transformar el rol del profesor. crear unos docentes más adecuados a una enseñanza generalizada y universal, donde todos los alumnos habrían de caber sin sentirse en ningún momento fuera de lugar o discriminados en función de sus capacidades. o incómodos por no ser comprendidos en su justa medida. Esto sólo era posible haciendo que el profesor perdiera sus "prejuicios" basados en la sacrosanta tradición del conocimiento y el esfuerzo. Había profesores de todo tipo: malos, ineficientes, buenos, regulares y cada uno con el carácter que Dios les había dado o el estilo propio que muchas veces era lo más efectivo en consonancia con su forma de ser. Pero transformar al profesorado exigía también eliminar o minar su influencia basada en la personalidad, la intuición y la confianza del trato y del día a día, tal como la experiencia y la sabiduría milenaria dictaba.  El profesor ahora pasaba a ser una especie de monitor/coordinador de normas que vinculaban por igual a docente y discente, y que a partir de entonces 
su compleja labor educativa habría de ser gestionada en función de una objetividad común para todos: alumnos, padres, compañeros tutores, departamentos, jefes de estudio, inspectores, directores, etc.  La igualdad en este sentido corría el peligro de convertirse en mediocridad, oportunismo y demagogia, como así fue ocurriendo.
Esta laminación tan mecánica como absurda de la labor docente al final se traducía en interminables papeleos y reuniones que llegaban a consumir un tiempo inmenso a restar de una mejor preparación de las clases. Para evitar problemas y desgaste psicológico se optaba por bajar el nivel y producir aprobados en serie. Al final de eso se trataba: la nueva educación buscaba un común denominador de soportable institucionalización de los chavales con el fin de socializarlos, y que fueran lo más felices posible sin demasiadas exigencias académicas o disciplinarias. Los tiempos eran otros (no es que el pasado fuere mejor, que tampoco lo era) y por ello al "profe de tarima" había que hacerle ver que la tarima se había podrido y ahora el suelo raso de la mediocridad socializante abarcaba a todo el mundo por igual. Amén.
 

24 comentarios:

  1. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LA SOMBRA

    La primera maestra que tuvo Jordán Milós era una sombra siniestra. Tenía cinco años y le habían abandonado en aquel cuartón de grandes ventanas, lo habían sentado en un pupitre de madera vieja con tinteros que no tenían tinta, ni jamás se llenaron de tinta durante su vida en aquel cuartón llamado aula. Siempre que oía esta solemne palabra, aula, le venían oscuros recuerdos de aquel cuartón medio oscuro y con la maestra que era una sombra vestida de negro, seria, sin ninguna imaginación, fría; tan solo ordenaba y hacía leer en voz alta las palabras de la cartilla o el Rayas y copiar en la libreta renglones tras renglones y renglones. La sombra iba y venía, a veces les daba un coscorrón si veía algo mal, o si se movían más de la cuenta. Sólo recuerda, Jordán, esa sombra silenciosa y amargada en aquel cuartón llamado aula.
    Más adelante vendrían otros cuartones y cuarteles y más sombras que caminaban sin vida, pero que sabían juzgarle a uno, y corregirle y darle coscorrones con la amargura de sus almas. Pero al llegar a casa estaban los cuentos, los tebeos, los libros de su padre; los juegos, las aventuras inventadas con la imaginación. Y así lograba olvidarse de la sombra. Las escuelas o colegios fueron su sombra, con algunas chispas de luz en alguna ocasión. Coscorrones. Palos. reproches. Juicios a la inocencia. Bandera. Cristo y el Generalísimo con José Antonio. Un perfecto tribunal.

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  2. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    EL CHINITO

    Cuando lo abandonaron en aquel cuartón de grandes ventanales y techo muy alto con suelo de madera y luces tristes en invierno, además de una estufa de leña o carbón que quedaba demasiado lejos de él en los fríos y húmedos días del valle minero; pues sentía terror. Su madre lo había traicionado, lo había sacado de casa y con engaños lo había dejado allí con otros chiquillos también engañados al cuidado de la sombra oscura y siniestra. Y empezó a llorar. ¿Qué demonios era aquello de la escuela que para su madre significaba tanto y para él era ser abandonado a la oscuridad de un cuartón horrible?
    Y así día tras día iba adoptando él la rutina de la tristeza, los recreos tristes de invierno, el retrete de zapatones turcos y un pozo siempre mal oliente y manchado de marrón en el medio que parecía querer tragarlo, llevarlo a los infiernos. Cuando tiraba de la cuerda la cisterna metía un ruido como de cocodrilos sufriendo tortura y aquel agua alocada yendo directamente al pozo que nunca perdía el rayado marrón maloliente. Triste. Podía haber algún juego o alguna chispa de alegría en algún momento, pero su alegría era la vuelta a casa con sus tebeos, sus libros, sus cuentos.
    Un día apareció un chinito con sombrero cónico y bigotes de gato y coletas como tiras encima de la mesa de la sombra. Era para las misiones. Las misiones. ¿Qué rayos era aquello de las misiones? Y la sombra con una sonrisa que era la primera sonrisa que se acuerda de ella, les dijo que era para que los chinitos conocieran a Jesusito, el Niño Jesús. Que había que echar monedas de vez en cuanto para que los misioneros pudieran ir a China a convertir chinitos a Jesusito.
    Pasados muchos años Jordan se acordaba de la sombra y hasta le logró poner la primera letra mayúscula, la Sombra, pero pensó, ¿quién sería aquella mujer tan triste, tan vestida de negro, de unos 40 años, con tan poca gracia para enseñar niños y tan fecundo mal humor? Si la viera ahora le haría muchas preguntas, le trataría de sonsacar algo de su tristeza y su mal humor permanente. ¿Una vida fracasada? ¿Una soltería mal llevada? o quizás un marido que la maltrataba o no hacía caso de ella, o lo contrario; una mujer que llegaba a casa e imponía su dictadura y amargura también en su casa y sus hijos, o a lo mejor fuera de la escuela era una mujer amable, encantadora, una buena amante. Fuere lo que fuere para él era la sombra. Si alguna vez supo su nombre, jamás se le quedó retenido en la memoria. La sombra, la Sombra.

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  3. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    SIGUIENDO LA SOMBRA

    Un día siguió Jordán a la Sombra al salir de la escuela. Quería saber dónde vivía la Sombra. Y la siguió por las calles de la pequeña ciudad. Cruzó ella un paso a nivel de tren, siguió por un camino asfaltado que subía al cementerio. Jordán seguía los pasos lo suficientemente alejado para no ser visto en caso de que la Sombra girase la cabeza. Ladeó el cementerio y se dirigió por un sendero a un bosque que ascendía por un monte. El bosque era un bosque de robles y castaños, con mucho arbusto y hierba crecida y matorrales. La Sombra se internó profundamente en el bosque y Jordán sintió miedo y paró, pero la Sombra seguía caminando sin ninguna dificultad, como flotando entre árbol y árbol, hasta que el muchacho la perdió de vista. Jordán dio la vuelta. Sentía miedo. Quería alejarse del bosque cuanto antes, antes de que anocheciera. Alejarse también del cementerio. Descender cuanto antes a la pequeña ciudad, su pueblo.
    Fue oscureciendo. Hacía frío. Caminaba ahora con las manos en los bolsillos. Los comercios tenían sus escaparates iluminados. Se dirigió a su casa, pero estaba intranquilo. La Sombra había desaparecido sin saber dónde vivía.
    Después de muchos años, cuando ya era un hombre y se sentó un día en un banco de una ciudad extranjera, pensó que toda su vida había estado siguiendo sombras. Quizás esa fue la lección de la Sombra: le enseñó a él, Jordán Milós, a darse cuenta que su vida sería siempre un seguir sombras y verse a sí mismo como otra sombra.

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  4. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    NUNCA SABES LO QUE TE PUEDE AFECTAR UNA SOMBRA

    Jugaba en el recreo con sus amigos. Se reía, comía el bocadillo, corría de nuevo, bebía agua. Hizo migas con dos o tres, otros eran simples conocidos, y algunos críos con gana de pelearse y pegar a los demás o demostrar su poder y dominio con los más pequeños. Luego volvía con la Sombra. Un amigo le había dicho que vivía allá en una aldea en el monte, pero que no sabía más de ella.
    No se acuerda qué más pasó en aquel curso. Debió de ser una rutina monótona y aburrida, pues no se acordaba de nada de aquel curso, salvo los primeros días. Luego ya estaba en otros grados y fue creciendo y cuando llegaba a casa leía tebeos y novelas y los domingos iba al cine y jugaba con sus amigos. Y la Sombra desapareció de su vida. Así como había llegado aquel día cuando dejaba las faldas de su madre para pasar a ser parte de la señora de negro, así también desapareció la Sombra de su vida. Pero sin dejar rastro. Sin más recuerdos de ella de su paso por la escuela. Sin recordar su nombre. Pero no hay día que se pusiere a recordar aquella primera infancia sin que la Sombra apareciera con su apatía, con su rutina y aburrimiento. Con su mal humor. Con sus coscorrones.
    No era verdad. Había dejado un rastro. Algo así como una sombra en su alma que reclamaba una vida gris, aburrida, sin más sentido que estar de mal humor y mostrar una soledad triste y hostil. La Sombra era el bosque y el cementerio de una tarde fría y gris de noviembre. Una extraña mujer cruzando un bosque en solitario en dirección a una casa remota.
    Se acordó de la Sombra una vez que cruzaba el Bronx en Nueva York y veía desde la autopista los edificios abandonados y medio en ruinas de una zona destartalada. Pudo ver la Sombra asomando su cabeza por una ventana de un piso abandonado y desconchado. Una figura solitaria y patéticamente envejecida y perdiéndose en otro bosque de edificios malditos. ¿Quién había sido esa mujer?

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  5. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    UN PERRO INOCENTE

    Viajó por el mundo. Visitó muchas ciudades y países. Conoció gente alegre, aburrida, superficial y profunda. Gente vil y mezquina. Gente buena y generosa. Personas que sabían cantar y jugar y con gran sentido del humor, pero también sombras humanas tristes que se recogían en un rincón o que vivían en pisos o casa solitarias después de un duro divorcio o una triste muerte de algún ser querido, o una soledad arrastrada durante una vida de confusión. Personas en un mundo duro y difícil para el que no estaban nunca preparadas y toda posibilidad de agarrarse a algo o alguien acababa escapándose en forma de nostalgia y angustia.
    Vio muchas veces la Sombra y la sintió de nuevo dando coscorrones en una clase que no comprendía y donde nunca había querido estar, pero que había que estar porque en algún sitio había que justificar la existencia. Una sombra que desaparece en cualquier bosque y montaña cerca de cualquier cementerio seguida por un niño inocente que a partir de entonces no dejó de seguir el misterio de cualquier sombra y vio que eran muchas cosas las que acababan en sombras y tristeza y rutinas.
    Aquella mañana se dirigía a la escuela de Santa Rosa en Texas. Había seguido la carretera que iba a Kingsville para luego desviarse a Hondo; y allí cerca del paso a nivel del ferrocarril que venía de México, un hermoso perro mastín cruzaba la carretera para llegar a su casa al otro lado de la misma, contento y alegre, inocente. Y de repente una troca (furgoneta campera) lo aplastó sin sentido, delante de sus narices, Jordán Milós. Hubo un ruido torpe y el perro quedó allí tumbado, derrotado sin vida. No tenía sentido. No había razón alguna para aquel atropello en una zona de obligatoria lentitud. No había razón del por qué había de morir aquella inocencia alegre. No tenía sentido.
    Paró el coche mientras la troca desaparecía sin haberse parado un momento. El perro allí muerto. Y la tristeza fue inundando su alma, como una sombra perdida que busca una casa que no encuentra, pero habría de seguir y llegar a la escuela y enseñar a sus alumnos sin mostrar aburrimiento, sin mostrar tristeza, sin saber cómo. Vio entonces de nuevo a la Sombra dirigiéndose con su vestido negro y su melancolía hacia los densos cañaverales de azúcar y tabaco. Y la veía a través de los ventanales del aula, aula. Triste aula de su más tierna infancia. ¿Quién era esa mujer? ¿Quién había sido esa mujer?

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  6. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    SOMBRAS DE SOMBRAS

    Una sombra es algo que no tiene vida propia, pues depende de un original y una luz que lo proyecte. Sombra, ¿de qué? Donde hay un foco de luz y una realidad física hay sombras. Las sombras no tienen realidad propia. Si a un ser humano lo llamas sombra, quiere decir que ha de haber un foco y un original que lo produce. Si la maestra de escuela de la infancia era una sombra, eso pide una explicación: sombra ¿de qué o de quién? Una sombra que no podamos referir a nada, es un misterio. Sería una proyección de algo sin vida propia. Un algo sin sustancia alguna. Una apariencia de algo que es real, pero cuya realidad se nos esconde. Sentido figurado: uno puede ser una sombra cuando no muestra vida propia o se mueve mecánicamente, o no parece tener chispa o sustancia que la mueva, se mueve por inercia, por reflejos. Un ser humano apagado. No es ni sombra de lo que era. Es como una sombra. Apagado, triste.
    Hades o Sheol, sombras de muerte. Seres sin vida pero que no obstante queda una sombra. ¿Zombies? Hubo realidad, pero ahora queda una apariencia sin vida: una sombra. ¿Fantasmas? Tienen apariencia de vida y hablan, pero no hay nada palpable. Saúl y el fantasma de Samuel.
    Las sombras de la caverna de Platón. Tomar las sombras o la apariencia por la realidad. La realidad está afuera y se percibe con el entendimiento. Las sombras son el engaño de los sentidos. El sol es el Bien. Dios. Quien toma las apariencias o sombras por realidad es un esclavo de los sentidos. Vivirá una vida falsa, incompleta, de opiniones o impresiones, pero no de verdad, de la Verdad.
    Kant. La Verdad es la Cosa-en-sí. Pero nunca la alcanzamos. Conformémonos con conocer lo que justamente podamos conocer a través de las categorías sintéticas a priori. Sometamos la experiencia, que no las esencias, al a priori tiempo y espacio y hagamos de la experiencia conocimiento cierto e intercambiable bajo razón suficiente.
    Mucho me temo que todo este mundo sea una sombra de algo incognoscible. Lo conocemos en nuestros términos, pero sin un punto de apoyo externo fijo y real que nos dé sentido de lo que es una realidad. Quizás todos seamos sombras jugando con sombras. Sombras de sombras.

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  7. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    DR. LUCKÁS

    Dr. Luckás era de origen húngaro y enseñaba en el Departamento de Educación una metodología basada en las llamadas Ciencias de la Educación. El método estaba basado en modelos empíricos de grupos de estudiantes seleccionados conforme a hipótesis previas y en referencia a alguna teoría que había que probar si era o no efectiva. Este tipo de sociología empírica dominaba en todas las universidades americanas y con ello se pretendía suplantar o desterrar toda metodología apriorística sobre la supuesta naturaleza humana. La desconfianza hacía la especulación "idealista" o las ideologías de cualquier tipo, sobre todo las de tipo histórico-marxistas o anarquistoides tipo Iván Ilich o Paul Goodman, hacía posible la confianza en una objetividad empírico-experimental que diera resultados fiables. La educación pasaba a ser ciencia y los resultados por lo tanto serían objetivos e indiscutibles hasta comprobar su falsabilidad. De ahí que las lecturas en la clase de Luckás y otros todo eran experimento tras experimento en entornos previos de grupos de estudiantes a quienes se daba una fórmula metodológica como ejercicios, o como estrategias de profesor o todo a la vez y luego se buscaba una evaluación válida entre otras muchas. Eran todo experimentos con referencia a otros experimentos anteriores cuya fecha aparecía en toda ocasión y la mayoría de las veces eran tándems con apellidos muy raros. Luego Dr. Luckás les llevaba a las aulas de prueba dentro del mismo departamento de Educación de la Universidad de Texas y allí se hacían ensayos como prácticas grabadas con cámaras de vídeo, para luego analizarlas en grupo.
    Jordán Milós cogía lo que consideraba interesante, no era exactamente un rechazo a tal metodología, pero encontraba las lecturas excesivamente artificiales, aburridas, mecánicas. Se trataba de una ingeniería social más propia del conductismo que de una pedagogía realista. En resumen, para él aquello resultaba otro idealismo más.
    Solía hacer preguntas en clase sobre la posibilidad de otras aproximaciones a la enseñanza que tuviera más en cuenta la complejidad individual de cada uno, las posibles interferencias o condicionantes culturales, prejuicios, o, mismamente la dificultad que entraña conocer a las personas, etc. No eran preguntas provocadoras, pero sí un tanto discordantes con la orientación estrictamente empírico-sociológica del profesor. Tampoco solía levantar mucho la mano. No había realmente debate alguno en tal clase. Un día Jordán hizo una pregunta concerniente a la diglosia que podía sufrir la población hispana en las escuelas y qué hacer con ello. Ante tal pregunta Dr. Luckás se sintió tocado o provocado y su respuesta fue contundente: "Esa pregunta podría hacerla usted en el país de donde proviene, no es una pregunta pertinente para esta clase". Fue una respuesta que nos sorprendió a todos. Dr. Luckás se dio cuenta que había sido una respuesta poco pedagógica, algo fuera de tono para una clase de pedagogía o ciencias de la educación. Jordán quedó sin aliento. No esperaba aquella respuesta. La clase consumió su tiempo y todos se fueron siguiendo su horario particular. Algún compañero le hizo ver su sorpresa al salir.
    Al día siguiente de clase Dr. Luckás le cogió aparte antes de entrar al aula y le pidió perdón. Le hizo ver que había estado fuera de lugar y que lo olvidara. Jordán mostró su emoción y sorpresa dando la mano al Dr. Luckás quien más tarde le invitó a dar una pequeña exposición charla sobre un tema concreto del que ya no se acordaba cuando recordaba su vida de estudiante en la Universidad de Texas en Austin.

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  8. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LA CIENCIA EDUCATIVA

    La misma idea de establecer un sistema de enseñanza universal es ya de por sí una idea que conlleva la adecuación de todo individuo a un modelo abstracto de ciudadano, y, por lo tanto es ya una idea de por sí autoritaria en el sentido de que para modelar a todos bajo un mismo conocimiento, se requiere de coacción, presión, evaluación; éxito o fracaso. Se puede disimular o pretender que esto no es así. En teoría reconocemos que hay diversidades individuales y cada individuo es un mundo, etc., pero por muchos modelos de diversidad o variabilidad o flexibilidad que logremos establecer, el objetivo es socializar, institucionalizar, integrar a la sociedad mayoritaria el mayor número posible de jóvenes. Las individualidades son impredecibles, indefinibles o inclasificables; la sociedad es un todo que ha de integrar tales individualidades hacia una responsabilidad y conformismo funcional basado en prácticas disciplinarias, conocimientos mínimos para entendernos en territorios comunes, objetivos. Una razón y unas conductas razonablemente adaptadas a una ley común. Pero esto no se consigue sólo por la vía de la persuasión o la pura empatía basada en la razón común, o las afectividades en una misma consonancia o resonancias entre currículo, metodología y "educadores". Por mucha abstracción que hagamos, al final hay que usar la coacción, el castigo, la verdad que nos hace mejores o peores y nos juzga queramos o no queramos.
    No toda individualidad entra por el aro y, cada individualidad tiene sus tiempos, etapas, experiencias variadas, estados de ánimo. Esto hace de la enseñanza una de las profesiones más conflictivas existentes. El roce, la fricción, la rebeldía, la disfunción de individualidades es siempre de esperar y eso, para un "educador" si se lo toma en serio, ha de ser una fuente de preocupaciones, frustraciones, desarreglos personales, etc. Por suerte hay alumnos que se adaptan razonablemente, hay almas cuyas naturalezas saben sacar lo mejor de cada circunstancia y salen adelante sin mayor problema. Hay otros que han nacido con hambre de saber y saben lo que quieren desde muy temprano, pero hay otras almas que no es así. Que sufren la misma escuela desde el momento que han de estar sentados en un pupitre por horas y horas. Que no soportan la disciplina del horario, que no ven por qué hay que aprender eso que a ellos les aburre, se ven incapaces, sin motivación alguna y se rebelan cuando pueden. Además han de amoldarse a profesores que quizás detestan por su forma de ser, o por muchas razones de simpatía y antipatía.
    Pero la escuela pública parte del principio abstracto de que todo el mundo ha de integrarse de alguna manera a la sociedad, a las leyes, al trabajo, la convivencia, etc. Y además espera que esto se haga de la manera menos problemática posible, con más rentabilidad política posible y, a ser posible también, con el menor gasto. Se trata de cuadricular el círculo.
    Pero al tratarse de una razón universal incuestionable, la enseñanza universal ha de pretender que cumple su función lo mejor posible. No duda para ello de crear su propia "ciencia", sus propias categorías, sus propios conceptos. Se trata de una "razón educativa" y la razón no se cuestiona y menos una vez que ha sido elevada a ciencia.

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  9. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LAS GUERRAS IDEOLÓGICAS Y LAS REALIDADES CONCRETAS

    Las ideologías chocan en el terreno educativo y buscan que la teoría y práctica de la enseñanza se adapte lo mejor posible a sus intereses parciales, que no universales. Para todas ellas, con alguna excepción que no se toma nunca en serio (desescolarización, educación en casa, libres opciones educativas a escoger), la educación obligatoria universal es incuestionable, otra cosa es la orientación que pueda tener tal sistema, el "modelo" de sociedad que se busca, etc.
    Unos quieren optar por un modelo que considere los méritos, el esfuerzo individual, ciertos valores morales basados en una tradición, los resultados satisfactorios que se puedan contrastar con otros países. Otros ven esto como la disimulación de una sociedad clasista que en realidad premia aquello que una clase social con poder puede conseguir con mayor facilidad y así preservar su dominio sobre las demás clases, minorías étnicas, inmigrantes, minorías sexuales, etc.
    Los unos responden que sus razones no tienen nada de clasistas y que además trascienden todo condicionamiento de clases al no negarse a programas de adaptación eficaces, a una igualdad de partida con todos los medios, etc. Además critican a los otros de disimular también una idea de razón educativa que esconde una opresión social y económica mucho mayor al hacer del estado un igualador artificial que niega la realidad de las diferencias individuales en inteligencia, para nivelar a todos en una mediocridad del café para todos y el pasarlo bien a costa de una ingeniería social laxa y demagógica. Lo cual ha de repercutir en una enseñanza pobre e ineficiente a la larga.
    Los otros siguen respondiendo que en realidad los unos utilizan el criterio de inteligencia de un modo parcial y prejuicioso a la medida de inteligencia capitalista, o los valores del mérito pues es el mérito de las jerarquías de mando y obedezco, y no hablemos ya de la sexualidad y el género y la naturaleza, etc. Y entonces hay teóricos y sociólogos de la educación que tratan de demostrar y deconstruir todo lo que ellos ven como conceptos políticos enmascarados de libertad individual donde no hay tal libertada y esa libertad existiría en otro tipo de sociedad que hay que aspirar a ella, etc. Estos últimos suelen tener mucho predicado en las políticas educativas más recientes y hay una tendencia universal en Occidente hacia este modelo que tampoco deja de ser político y que tampoco abandona el poder para imponerlo de una manera u otra y con sus coacciones preferidas. No pueden disimular que ellos son la verdad en oposición a los unos, que por otra parte tienen también su verdad adaptada a la posmodernidad, y los dos parten de axiomas irreconciliables que reclaman universalidad a su manera. Vence, como siempre, quien tiene el poder. Lo que ninguno de ellos cuestiona es el principio universal de educación obligatoria y su función de integración a un concepto de ciudadanía.
    El problema real es la vida en el aula y la vida en el aula requiere de muchas estrategias e intuiciones, ingenio, improvisaciones, empatías, resistencias, imperturbabilidad, derrumbes, insomnios, sufrimientos, alegrías, violencias, agresividad, paciencia, afectividad, etc. Todo ello categorías reales, humanas, anímicas, experiencias complejas, indefinidas, inaprehensibles muchas veces. Por un lado la política, la ingeniería social al servicio de ideologías, o el cientifismo abstracto de control en función de modelos ideales; por otro la realidad de la experiencia humana concreta.

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  10. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LA REBELIÓN ESCOLAR

    Había comenzado en un barrio obrero mayoritariamente de izquierdas. Un día los estudiantes del instituto se rebelaron y tomaron el instituto. Establecieron una Comuna Educativa y pusieron a uno de sus líderes como Jefe de Comuna. Se hizo criba de profesores. Solo quedaron los profesores majos y guays. Profesores de izquierdas antievaluacionistas y del movimiento "Los alumnos reyes". Pronto la rebelión se extendió a todos los institutos y se se dictaron normas y nuevos currículos donde la educación pasaba a manos de un comité de salud mental. Se optó por una educación disolvente de todo prejuicio. La entrada a las clases era libre. Hablaba aquel que tuviese algo que decir. Si no podía hablar por el tumulto y el desorden entonces el tumulto y el desorden eran parte del proceso educativo que había que aceptar como la normalidad.
    Se fueron formando bandas con líderes a cual más popular y violento al mismo tiempo. Algún profesor ultra-progre trataba de dirigir alguna comuna utópica educativa, pero las bandas de los más macarras fueron ocupando aula tras aula y pasillo tras pasillo y exigiendo obediencia ciega y cobrando tributos. Quien se negare a pagar recibiría una gran paliza. Hubo otras cosas horrendas e indescriptibles.
    La rebelión duró un mes. Había sido imposible intervenir antes por inhibición política. Luego se hizo un total silencio sobre lo ocurrido. Era en la época de la post-Pandemia. Todo se había vuelto patas arriba, pero nadie sabía distinguir patas arriba de patas abajo y todo dependía del discurso oficial aceptado por todo el mundo como oficial y normal.

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  11. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    EL CURRÍCULO ABSOLUTO

    Las autoridades del País se pusieron en serio a elaborar un currículo educativo. Los institutos dejaron de tener sentido como espacios o edificios y todo pasaba a ser on-line. Cada alumno desde su casa a través del ordenador o la pantalla que fuera. Pero pronto surgió la idea de que había que involucrar a todos y todas en la educación y que la educación era un bien universal y que nadie debía de escapar a ella. ¿Por qué, entonces no considerar a toda la sociedad, a todo el país como objeto de tal currículo? Todos seríamos parte de un currículo universal que dirigiría un comité de salud mental formado por los políticos en el poder. ¿Por qué no? Todos los medios se pusieron de acuerdo en que aquello no era una mala idea. Alguno podría criticar el modelo, pero nunca la Idea que de pronto pasaba a ser una idea aceptada por todo el mundo.
    Se hizo el currículo y todo el mundo pasaba a ser educador o educando. Todos quedábamos ligados a una educación on-line que había que justificar por medio de claves de identificación, puntos, premios y "correcciones" en base a multas o trabajos a la comunidad educativa (todo el país) de forma desinteresada.
    Tod@s, desde un@ cociner@ hasta un@ médic@, desde un@ ingenier@ a un@ electricist@, estaban dentro del Gran Currículo Educativo on-line. Muchas fábricas fueron adecuando espacios para los robots que habrían de hacer el trabajo programado, los espacios de oficinas fueron quedando vacíos, los edificios se reconvertían en salones de juego o de deporte o cafeterías. Los autobuses y metro se automatizaban. Los hospitales se iban reduciendo a espacios de intervención virtual y los pacientes quedaban en casa o centros de zona bajo supervisión on line. Todo iba formando parte del Gran Currículo, nuestros datos, nuestra vida, nuestros movimientos quedaban incorporados al currículo educativo bajo supervisión especializada y dirigida por políticos y teóricos científicos sociales o de la educación o físicos-psíquicos, etc. Todos la mayor parte del tiempo en casa on-line por el momento. Se fue distribuyendo el tiempo libre en forma de segmentos de ocio programado. Todo era un pretexto para aprender, formar parte del proceso educativo universal, seguir el diseño curricular adaptativo a todos y todas de forma obligatoria y donde cada un@ tenía su sitio y el Estado a través del currículo en todos.
    Todo quedaba aceptado como normal, los medios de comunicación reforzaban este nuevo civismo con celo y persistencia. El mundo ya iba en la dirección correcta.

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  12. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LOS ESPACIOS ILEGALES

    Imposible romper con una realidad que todo el mundo ve como normal y que además no hay manera de trascender tal realidad por no disponer de herramientas críticas capaces de trascenderla y porque la mayoría de las inteligencias ya están incorporadas en tal normalidad con todos sus beneficios y compensaciones para los más listos y los potencialmente críticos. Con la tecnología tan ultra-desarrollada a que habíamos llegado no había posibilidad de materializar ninguna alternativa a la normalidad dictada y dispuesta. Con cámaras en todos los sitios, en todo lugar, en todo espacio; con monitores on-line que dirigían nuestras actividades, trabajo, etc. Con nuestras fichas magnéticas centralizadas y monitorizadas en todos los aspectos de la vida; gastos, compras, consultas médicos, etc., pues no había espacio para rebelión alguna. Ningún espacio para reunirse secretamente, salvo los espacios virtuales del submundo del infranet, pero era un mundo donde se mezclaban las mejores ideas con la basura moral y el crimen potencial.
    Solo funcionaban las mafias como fuerza de contestación, pero las mejor organizadas actuaban con permiso y cierto pacto con los estados. Así que los más violentos o potencial lumpen eran fichados por las mafias para los trabajos más sucios. Ese espacio de ilegalidad posible quedaba ya controlado por la ilegalidad consentida. Y además era un espacio de mezclas incompatibles y confusas.

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  13. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    MARA Y JORDÁN MILÓS

    MARA.- Te veo inquieto, desasosegado. Una persona que no acaba de encontrar su centro.

    JORDÁN.- No acabo de encontrar el sitio desde dónde llevar mis clases con equilibrio. Esto de la enseñanza me descoloca día a día. Hay siempre un abismo que me podría engullir en cada clase y a cada instante...

    MARA.- Te lo tomas demasiado en serio. Quizás eres demasiado pasional en un trabajo que tendrías que ser más lógico y más desapegado.

    JORDÁN: Yo te veo a ti bastante distanciada y fría de esta profesión, quizás porque enseñas física y no te cuesta trabajo ver las leyes objetivas frías y desapasionadas actuando a pesar de toda la experiencia que rodea nuestras vidas. Todo ello tan irracional.

    MARA.- Ya, esa experiencia nos machaca a unos y a otros de diferentes maneras, pero en el aula deberías de ser imperturbable, simplemente haces lo que debes hacer con la lógica más simple, como una ecuación matemática. En las clases confluyen muchas experiencias, pero hay que centrarse en lo importante y permanecer ahí a pesar del ruido, de los rostros y lo que expresan, del desorden aparente...

    JORDÁN.- ¿Tú eres capaz de eso? Yo vivo todo. Trato de planificar todo. Trato de que todas mis actividades programadas cumplan con el objetivo de controlar una clase en función de unos objetivos y con la mayor afectividad posible. Repito, afectividad, de afecto, de empatía.... Si no es así sufro. Hay fricción, me veo perdido, en lugar extraño, frío, descolocado, los alumnos se convierten en seres ajenos a ese mundo de mi clase. Sus experiencias son otras muy diferentes a las mías en ese mismo espacio donde hemos de convivir en torno al conocimiento. Surge el miedo, puedo llegar al pánico, sufrimiento intenso.

    MARA.- Totalmente descolocado. Yo te he visto hasta agresivo en una tutoría compartida. Va con el carácter de cada uno quizás. Yo vivo la clase de otra manera. esas experiencias múltiples, variadas, confusas, no me afectan. Puedo estar centrada, puedo aceptar ruido, puedo aceptar cierto desorden sin que me confunda, sin que me perturbe. Y luego escojo donde y cuando actuar. Quizás nuestras afectividades sean diferentes. Yo soy afectiva en otras situaciones, con mi familia, con mis hijos, con mis amigas. Es ahí donde quizás me ocurra lo que a ti en la clase.

    JORDÁN.- Curioso. La vida es siempre compleja, imprevisible, azarosa. Puedes prevenir, controlar hasta cierto punto. Ser racional hasta donde se pueda, pero hay algo que se escapa a la razón, adonde la razón no puede llegar, y entonces surgen otras fuerzas, otras energías anímicas que no siempre están a disposición, que se pueden dispersar y confundir. Pero eso depende la la naturaleza de cada uno.

    MARA.- No cabe duda. En ese aspecto quizás tú y yo somos diferentes. No puede haber una regla fija para todos. La enseñanza será más eficiente allá donde se conjugue individualidad con las normas generales, la experiencia concreta con las abstracciones tanto del conocimiento como de las teorías pedagógicas. Pero veo difícil tal conjugación. La tendencia de la política es al control, la igualación en abstracto, la burocratización y administración de las cosas al margen de lo concreto.

    JORDÁN.- Curioso. Ahí coincidimos. ¿Por qué no me habías hablado de esto antes? ¿Por qué el silencio?

    MARA.- Pues porque la vida es difícil, confusa, y a veces lo mejor es guarecerse en el silencio y la distancia.

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  14. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LA RESURRECCIÓN DE LA SOMBRA (APUNTES PERSONALES DE JORDÁN MILÓS)

    Fui al instituto como todos los días. Al entrar no había nadie. Fiché mi entrada, pero no había nadie. Me extrañó. No era fiesta. No estaba de vacaciones tampoco. A medida que me iba introduciendo por los pasillos todo se iba oscureciendo. Llegó un momento en que hube de sacar mi móvil para hacer de linterna. Simplemente no veía. Oía ruidos y voces abajo en un sótano que sabía que existía pero que nunca había visitado. Bajé las escaleras, pero no sentía deseo alguno por bajar. Me quedé parado. Nada tenía sentido en ese momento y quedé desconcertado. Si bajaba las escaleras tendría que ver algo anormal, pues no otra cosa podría ser en un sótano a la primera hora de la mañana.
    Pero pensé que todo podría suceder en cualquier momento. Me di cuenta de repente que todo puede suceder en cualquier momento si has roto con las coordenadas de la razón. Si los principios de la razón ya no rigen en tu universo, entonces todo puede suceder. El momento de bajar escaleras podría llevarme de nuevo a la puerta de entrada del instituto y volver a fichar y esta escena que era capaz de palpar ahora, pues borrarse como si nunca jamás hubiere sucedido. Me quedé parado. Uno no debería atreverse a ir más allá de ciertas coordenadas de pensamiento. Uno no sabe realmente en qué universo vive. Todo parece normal hasta que deja de serlo. Simplemente no sabemos qué misterios subyacen a lo que llamamos normal y realidad.
    Una fuerza me impulsó a bajar. Seguía oyendo voces como de muchos alumnos metidos en algún aula secreta u oculta. Seguí caminando por uno de los pasillos del sótano. No sabía que el sótano era tan grande, tan extenso por lo que ahora estaba viendo. Las voces salían de una puerta al fondo de un pasillo que giraba hacia la derecha. Había luces y los chavales parecía que se lo estaban pasando en grande.
    De repente dos profesores vinieron hacia mi. Uno me dijo que tenían una profesora nueva que había cogido todas las clases de primera hora y les estaba enseñando algo que a todos los alumnos les estaba emocionando. Cientos de alumnos allí todos metidos en un salón del sótano. Nada bueno tendría que suceder en esas condiciones. Los padres se alarmarían y pondrían el grito en el cielo. Pero nada era lo que debería de ser esa mañana.
    Y al entrar vi que se trataba de un grande y enorme salón de actos donde cabían no cientos, sino miles de chavales. ¿Cómo era posible? ¿Quién era el profesor? ¿Qué estaba enseñando? ¿Por qué el sótano había sido un misterio hasta el momento? Y de pronto vi que proyectada en una pantalla gigante estaba una imagen que se perdía en mis recuerdos. La profesora estaba en un escenario a lo lejos, pero la pantalla la acercaba a todos o incluso por las pantallas del móvil o tabletas. Les hablaba de unas geometrías extrañas con unas superficies y ángulos distorsionados pero que luego iban cobrando un nuevo sentido que producía placer y bienestar. La profesora buscaba el equilibrio mental y emocional de los alumnos y lo estaba consiguiendo allí en aquel sótano tan raro. Seguí hurgando los recuerdos. Me perdía en las brumas de la infancia y de pronto me di cuenta.
    Era la Sombra. La Sombra de mi primer aula. La encarnación del miedo y el aburrimiento y la pesadilla de la escuela en mi primer año. ¿Qué hacía allí la Sombra? ¿Había muerto y habría también resucitado? ¿Qué extraños secretos y conocimientos ocultos habría traído del más allá si era ella y si acaso yo no me estuviera obcecando? Sí, era ella. Rejuvenecida. Vestida de colores. Viva. Alegre. Con gran seguridad en sí misma. Logrando atraer a todos sus alumnos con pantallas en tres dimensiones y conocimientos que les llegaba a la misma alma en forma de equilibrio y gran bienestar.

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  15. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    EL LIBRO DE EZORAM

    Jordán encontró el Libro de Ezoram y leyó en sus primeras páginas:

    "Una vez que estás en la vida estás en la lucha y el conflicto. Es la naturaleza de las cosas. No hay razón universal que mida nuestras vidas en función de una ley moral justa, pues tal razón al ser ideal no conecta con nuestra carne; y, si tan alto se ha querido elevar, es porque alguien se ha querido hacer un dios soberano y único con derecho inalienable a juzgarnos todos. Entonces, adorarás a tu dios sobre todas las cosas significa: adorarás a mi dios sobre todas las cosas y desecharás tu dios o tus dioses para ser creyente del mío. Así, no robarás, significa no me robarás a mí ni a los míos, ni tampoco consiento que se robe en mi casa; pero robarte a ti, que eres mi enemigo y que aspiras a matarme se entenderá como un derecho a nuestra dignidad y defensa. ¿Y matar? Bueno, tratándose de mi y mi pueblo o familia, tienes prohibido matarme. Es una ley absoluta para ti respecto a mi y mis amigos o familia o clanes, pero es lo contrario si tú eres mi enemigo y no te avienes a mis exigencias y además sólo piensas en eliminarme cuando tengas la ocasión. No desearás la mujer de tu prójimo se aplica a mi y a mis hijos y mi familia, pero si se trata de mis tributarios o mis siervos o mis subordinados o enemigos, tal ley deja de tener efecto, pues la mujer de otro en realidad es la mujer de mi enemigo y entonces me pertenece por derecho de conquista. Y si son mis siervos o esclavos pues los tales ya saben cuál es su propietario. Esa es la ley universal en la práctica y así ha sido siempre. Digamos que las leyes naturales van por un sitio y las leyes ideales van aparentemente por otro, pero eso es una pura ilusión y engaño. Las dos van a lo mismo, pero por diferentes caminos."

    Jordán dejó el libro encima de una mesa polvorienta. Le entró sudor. Amargura.

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  16. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    EL DÍA DE LA ESPERANZA (APUNTES PERSONALES DE JORDÁN MILÓS)

    Llegó de repente con regalos. Había estado en Londres en unos ciclos de conferencias de inglés como segunda lengua. Dejó la pequeña maleta y los regalos en el suelo del pasillo. Estaba agotada y prefirió acostarse.
    Al día siguiente nos levantamos y el parque estaba nevado. Ella miró por la ventana y nos dijo feliz Navidad a los dos. Se puso entonces a cantar un villancico. Miramos al cielo y estaba gris, pero el mirar al cielo en aquella mañana tan fresca y tan inocente nos hizo seguir cantando más villancicos. Entonces ella se puso a hacer un bizcocho de chocolate. Los regalos ya estaban colocados bajo el árbol. Yo me vestí con rapidez y puse música de los Beatles. Rilma se puso a ver unos dibujos animados en la tele.
    De nuevo volví a mirar por la ventana. La mirada al mundo era otra. No era el mismo mundo de hacía unos días. Era otro mundo de esperanza. Pero no hay esperanza si no hay posibilidad de milagro. Si no hay posibilidad de resurrección. He ahí la resurrección en forma de parque nevado y niños jugando afuera tirándose bolas de nieve y Melva haciendo un bizcocho y la niña mirando unos cartoons. La absoluta sencillez en un instante de inocencia.
    Esa era la clave: absoluta sencillez en un instante de inocencia. Me lo repetí a mi mismo varias veces como un mantra. Esos instantes, pensé, sólo los podía vivir en las personas concretas y en el momento milagroso.
    Así había sido con muchos alumnos. Con muchos compañeros en algún momento. Pues a un mundo que hemos venido a luchar por hacernos ver, por ser reconocidos por los demás en algún aspecto de nuestra vida, no toda confusión lograba ocultar la chispa que nos hacía ser el centro de alguna alegría u originalidad o inocente reflejo de nuestras almas. En algún momento, en alguna ocasión.
    Luego la sombra nos iría aislando en la vida diaria. Nos iría confundiendo en mil afectos encontrados bajo mil azares e imprevistos, para mayor alegría, tristeza o indiferencia.
    Melva sacó el bizcocho del horno y nos pusimos a comerlo con café o leche caliente. Nos contó cosas de Londres y del viaje, nos habló de cómo iba a ser la Nochebuena y el pavo que iba a cocinar. Hasta el día 8 de enero no habría que volver a clase. Ni Melva, ni la niña, ni yo.
    Tiempo de hacer cosas diferentes.
    Para algunos sin milagro no hay esperanza. Sin posibilidad de resurrección la esperanza muere en muchas almas.

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  17. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    EL PODER DEL NÚMERO

    El poder de la razón reside en la capacidad de crear una realidad virtual manipulable y manejable. Y todo ello en base al número. Los números son abstracciones válidas para todo el mundo. A través de los números manejamos la realidad de forma común. Ante la cantidad correcta todos nos doblegamos. No hay experiencia que pueda doblegar la evidencia de los números. Pero así mismo tampoco hay número que pueda doblegar la experiencia en toda su complejidad. La experiencia es inmensa, infinita, inagotable; los números dependen de nuestra capacidad de abstraer, del poder de la mente. Y aquí está el problema de la metafísica. La reducción de la experiencia al número transforma esta en una realidad transparente y manipulable para la conciencia, para la mente. Pero queda mucha experiencia sin traducir a número, irreducible a número. Y esa experiencia sigue actuando en nosotros, somos nosotros en el mundo. Pero ¿Cómo traducir esa experiencia en territorio común para el mayor número de gente? Ahí entran las narrativas míticas, las especulaciones metafísicas con sus claves y sistemas derivados de tales claves, las revelaciones religiosas, el arte en sus diversas manifestaciones: música, pintura, literatura, etc. No obstante, todos estos modos de conciencia jamás nos remiten a ninguna verdad transparente entre mente y experiencia (mundo). No hay clave que no pueda ser atribuida de alguna manera a un punto de arbitrariedad o Deus ex machina de alguna voluntad humana.
    Pero el número lo es por necesidad racional, como axioma. Pero nadie es capaz de vivir su experiencia solamente en función del número/razón. Ni a nadie se le puede reducir a un solo sistema metafísico por mucha verdad que se arrogue y por mucho que se intente, ni a un solo gusto artístico, ni a una sola religión universal por mucho que se intente por parte de sus fieles, o a una sola ideología política por mucha verdad que se arrogue.
    Ese es el dilema de la existencia humana.

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  18. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LA COMPLEJIDAD DEL AULA

    Toda teoría educativa que intente ser la panacea de la enseñanza fracasará. Si algún gobierno en su celo ideológico intenta someter la educación a una sola teoría educativa lo que conseguirá es mucho papeleo, mucha inspección, muchas evaluaciones en muchas direcciones, muchas reuniones innecesarias, currículos abstractos que crearán mucho sufrimiento más que alivio para la experiencia del aula. Se jugará con diversos factores determinantes y se focalizará la complejidad del aula en lo que más interese destacar. En la reforma de la LOGSE interesaba focalizar el problema en la persona del profesor que no se lograba actualizar a una pedagogía comprensiva de la educación por tener hábitos en desuso, desgastados, y que no tomaban en cuenta suficientemente los factores sociales, la capacidad inicial del alumno en base a criterios objetivos, etc.
    Y entonces la nueva “ciencia de la Educación” buscaba la objetividad y precisión en todos los terrenos y para todo el mundo. Objetivos curriculares claros y transparentes, evaluaciones claras y transparentes para todo el mundo, prácticas educativas basadas en comprobada efectividad por diversos experimentos didácticos, etc. En la práctica real de la experiencia del aula todo ello podría llevar a la locura si el modelo se tomaba muy en serio.
    El profesor solía ser el eslabón más débil en la cadena alumnos, padres, administración. Era el profesor el término sobre quien había que incidir con más fuerza forzándole a reconocer a los alumnos como objetos/sujetos siempre posible “estimularlos” en la dirección correcta si para ello se dedicaba un nuevo enfoque y esfuerzo metodológico. Si los alumnos fracasaban era porque el profesor fracasaba. De ahí que el machaque a la figura del “educador” era constante. El fracaso de un aula por alcanzar unos mínimos esperables y razonables en una institución educativa, se debía sobre todo al profesor. Cursos de preparación en los CEP, cursos de todo tipo, autoevaluación, tutores haciendo de pincho evaluativo de sus compañeros, etc. Un juego siniestro en muchos casos.

    (SIGUE ABAJO)

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  19. (VIENE DE ARRIBA)

    La ideología no encaja con la experiencia concreta. Eso siempre ha ocurrido. La igualdad en abstracto basada en el número no se aviene a la experiencia compleja del aula, pues el aula es un ensamblaje de muchos factores cambiantes, complejos, ambiguos, indefinibles muchas veces. Por eso el profesor tiene la importancia que tiene, pero siempre en función de esa posibilidad de experimentar en consonancia con su forma de ser, con los alumnos que tiene y su relación diaria día a día que puede cambiar de un día a otro o en función del tema a enseñar.
    Enseñar es más una obra de arte, una obra de arte en todos los sentidos. Por eso la experiencia de un aula puede ser muy diferente a la de otra, los problemas de una clase no son los de otra, etc. Y por eso también ante experiencias complejas y cambiantes se requieren unas mínimas normas de decencia para todo el mundo. Ni un alumno puede faltar al respeto de ningún profesor, ni ningún profesor debe faltar al respeto de ningún alumno. Si alguien no sirve para la enseñanza debe de cambiar de profesión, pero si siente la vocación y las ganas de educar ha de ser libre de adaptar su personalidad, su tonalidad personal al grupo de la clase. Las mejores clases no son aquellas donde el profe majo y guay se da a conocer como figura, sino aquellas donde hay una conjunción de esfuerzo, disciplina, resentimiento y enfado aparente por parte de quienes no quieren estudiar (no todo el mundo sirve ni hay por qué obligarle a estar sentado en un pupitre años de su vida), pero también mucha satisfacción por el avance, por el sentimiento de estar aprendiendo cada uno a su ritmo.
    La ideología de turno puede quedar a un lado y limitarse a ser una contribución más entre muchas, una herramienta más a utilizar entre una variada oferta de técnicas y filosofías educativas. No hay razón alguna de por qué forzar a todo el mundo a una misma teoría educativa, ya que ninguna es la verdad.

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  20. Cada uno aprende lo que es capaz de aprender y cada uno enseña lo que es capaz de enseñar.

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  21. Una vez hablé con un psicólogo de orientación que me parecía un auténtico psicópata
    Un hombre refractario a todo aquello que le tratabas de decir
    Un cuerpo y mente que le resbalaba todo.
    Un auténtico amoral que vivía del cuento chino
    Me apetecía darle mazazos con una porra de agua
    Meterle por el culo todas sus milongas de buenista canalla en forma de cilindro de fuego
    Los canallas saben buscar sus rincones en los sitios más cómodos
    Pero hay algo en ciertos ámbitos que está hecho para los canallas
    Un mundo así es jodido de vivir
    Pero hay que vivirlo día a día.
    Amén

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  22. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    ALEGRÍAS Y TRISTEZAS

    Bueno, verás. Tus ideas y querencias y conductas pueden suscitar simpatía o antipatía o indiferencia, o en algunos momentos simpatía para alguien o antipatía para otros o indiferencia para muchos. ¿Por qué? No te plantees buscar razones profundas a los afectos. Ni te pongas a ejercer de juez supremo sobre los demás sacando tu libro particular de moralina y culpando a unos y a otros menos a ti. No caigas en ese juego. Es un juego triste y patético. Lo que hagas o digas tiene siempre esas consecuencias afectivas y no hay manera de evitarlo. Puedes corregir una tendencia para salvarte de la crítica de unos, pero esa corrección ya te hace antipático a otros. Por tanto sé siempre aquello que te dé las mayores alegrías y las alegrías crean bienestar a tu alrededor durante el tiempo que duran. Las alegrías te hacen crecer y ser más resistente a las críticas destructivas.
    Cuando estas bien contigo mismo estás más fuerte para enfrentarte a las tareas diarias. La alegría interior es fortaleza.

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  23. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    LIBERTAD Y CATECISMOS

    Hay gente que aprovecha cualquier cosa para convencerte de su causa. Ya no tengo paciencia para escuchar catecismos. La vida se va resolviendo a medida que se vive. Y cada uno tiene su manera. Mala o buena, todo depende de cómo ejerces tu libertad. No hay nada más que añadir.

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  24. LOS APUNTES DE ABRAHAM ALKANA

    POLÍTICOS Y OPORTUNISMOS

    Los políticos quieren vivir de la política, lo cual incluye saber cómo perpetuarse en ella, pues como personas han de pagar sus hipotecas, el colegio de sus hijos, los viajes de verano, los proyectos de futuro. Entonces han de saber dónde está su potencial electorado y cómo satisfacerle. No se trata si el electorado tiene o no tiene razón en sus demandas, sino que haciendo ciertas cosas bien visibles y anunciadas y vigilando la performance del lenguaje y las actuaciones, hay mucha gente que le va a votar. Las emociones van antes que la razón, y, si sabes encontrar la clave para entrar en los afectos de muchos, pues esos muchos te van a seguir votando. Hay, desde luego, excepciones en algunos políticos honrados que prefieren abandonar su cargo antes de traicionar sus principios. En Asturias lo vemos en alguna ocasión.
    Hay gente que piensa y reflexiona, desde luego, pero muchos no tienen tiempo para estar informados o para desapegarse de querencias políticas que ya vienen de familia o de ambiente. Las ideologías o valores son heredados en su mayor parte. Ponerse a reflexionar seriamente sobre lo que nos viene dado o nos viene condicionado como normalidad, es algo que raramente se hace. Los problemas diarios de la vida ya nos absorben la mayor parte de nuestra energía anímica. La tradición y la inercia del ámbito social nos sitúan inconscientemente en esa realidad diaria y así la aceptamos sin más.
    Algunos lo hacen y comienzan a cuestionarse muchas cosas y a cambiar de paradigma si es necesario. Aún sabiendo que tales desplazamientos ideológicos pueden significar el castigo de la gente conocida, amigos, compañeros, familia, etc. Se confunde al chaquetero oportunista que va adónde el viento sopla con más fuerza y a favor (de esos hubo muchos en la transición española), con quien seriamente y a base de lecturas y reflexiones decide abandonar lo que ya cree agotado o totalmente equivocado, cueste lo que cueste. Hacer eso es de valientes, pero el pago suele ser el ninguneo o el ostracismo de aquellos a quienes se ha contrariado. No hay peor castigo que la presión social del conformismo.

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PERO, ¿QUÉ ÑARICES YE LA VIDA? // BUT WHAT ON EARTH IS LIFE? // PERO ¿QUÉ NARICES ES LA VIDA?

  Any moment is as good as another but a moment could be hell and another heavens for the person who lives those moments. Cualquier momento ...