En el año 1971 París fue una gran caminata en todas las direcciones. Tenía 20 años. Provisto de un pequeño zurrón recorría las calles y avenidas de aquel verano caluroso bebiendo cervezas en
diferentes bares y bistrós y comiendo buenos bocadillos. Cada calle me abría un mundo. Cada avenida un nuevo universo. Cada plaza era una nueva elección de caminos imprevistos. Cuando se explora una gran ciudad por primera vez en solitario ella te va transmutando en un niño con ojos de pura transparencia y entonces uno ve personajes asomándose o arrimándose a muchas ventanas de todas las edades y de todos los tiempos y todos ellos te van revelando sus nostalgias, sus sueños, sus tristezas y alegrías. Los cuerpos dejan estelas y los edificios y los espacios absorben y sueltan rastros que se van abriendo a la inocencia y entonces he ahí la ciudad como un ánima amiga y comprensiva que te va contando sus relatos y todo tiene sentido en esa misma aventura que has comenzado. Puedes usar el plano o simplemente te dejas llevar por la improvisación. París es un laberinto mágico donde jamás te pierdes y siempre encuentras algo de ti perdido en la lejana memoria de tus tiempos. Los tiempos de la ciudad y tus propios tiempos se reencuentran y he ahí la ciudad con sus
brillos y sus tonalidades y sus trasfondos. He vuelto de nuevo en 2015.
¿Existe un ánima en nosotros que representa nuestra singularidad en términos de amor y comprensión en un mundo donde es tan fácil perderse si nuestro cuerpo sólo alcanza las franjas más superficiales del espectro de la existencia? Nacimos como cuerpos, y ser cuerpo es realidad y materia y la realidad y la materia es energía que no puede existir más que como tiempo, como proceso, como espectro en eterno movimiento. Nada ni nadie puede reducir la infinitud de nuestro cuerpo a parámetros de comprensión objetiva, ni de ingeniería social. He ahí nuestra extraña singularidad perdida en sí misma y en el mundo que sólo hasta cierto punto comprende y se cierra en círculos viciosos de
significados repetitivos o locuras civilizadas, cuando no en pérdidas de miedo y terror. Pero he ahí nuestra ánima que se hace visible en sueños o en momentos de serenidad incluso en medio de los más perturbadores acontecimientos reales y palpables. Era Jung quien hablaba del ánima y quizás tenga que releerle, pero el cristianismo nos habla del Espíritu; concepto ya banalizado por las almas beatas y los sacerdotes. Concepto reducido al sensacionalismo de lo emotivo o la retórica vacía de mucha teología. Espíritu, ánima.... singularidad infinita que nos equilibra y nos hace vivir en el sentido.
12 julio, 2015
16 comentarios:
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Estamos entrando en el lenguaje informático que nos conduce a la realidad virtual desde la cual empezamos a operar para cualquier gestión o ...
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Curioso. No nos habla del París de la Revolución, ni el París de la Comuna, el París del sufrimiento; el París de la Historia. El París de la lucha de clases. El París de los museos, de los inventos, del Sena....
ResponderEliminarHistoria. Tiempo e Historia. Un paso más allá. Sólo un paso.
Podría haber entrado en Les Petit Joueurs y haberse sentado en una mesa cercana con un hombre y desde allí miraría la banda de jazz con falso interés. Quién sabe lo que interesa realmente a una mujer en ciertos momentos. Les Petit Joueurs era un restaurante informal e inconformista situado en la zona del metro Jaurés, después de haber atravesado el parque Buttes Chaumont y haber así mismo caminado durante un cuarto de hora por calles tranquilas con casas ajardinadas para, de repente, meterte en una entrada indefinida de una especie de taller de fabricación de obras artesanales y tras caminar unos 20 pasos voilá Les Petit Joueurs. Daniel John Martin ya está en el escenario con su violín mágico interpretando When I think of You. Nos sentamos en una mesa y pedimos cena. La banda estaba compuesta de cinco músicos, contando a Daniel J. Martin. Era un sitio alejado de todo turismo; un sitio reservado para los habituales amantes del jazz y de la sabrosa cocina del Joueurs.
ResponderEliminarPodría llegar en cualquier momento. Un sueño puede materializarse en cualquier momento. Sí, cierto, pero nunca ocurre y el sueño vive contigo como un fantasma entonces fundido con la música y el ambiente avec accent français. Dejamos que la música del jazz siguiera su curso en un presente absoluto. La noche tuvo su magia y el sueño acabó desvaneciéndose una vez la palpable luz del día volvía a iluminar París.
Pues yo, la verdad, no he estado nunca en París. Es una ciudad muy cara, y fuera del alcance de los pobres como yo. Una lástima; pero me temo que moriré sin ver París.
ResponderEliminarEl Posaderu.
Sr. Posaderu:
ResponderEliminarSe puede ir a París andando y con un atillo a la espalda. Se puede dormir bajo los puentes del Sena y ahora en verano suelen estar muy solicitados, lo cual hace posible una vida social y artística intensa. Para comer puede ir a la pordioserie du Pont Neuf y allí le darán buenos y sabrosos mendrugos de pan negro con arenques. No le cobran nada. Los museos son gratis los lunes, creo. Puede usted disfrutar del arte más sublime sin gastarse un solo europio. Por otra parte las noches parisinas al lado del Sena y con luna llena de verano las puede usted disfrutar plenas de romanticismo delirante...
Créame, puede usted visitar París y disfrutar de sus encantos y por el tiempo que quiera sin gastar UN SOLO EURO!!
Decídase!!!
París. Nadie sabe cómo ir a Paris. Avión. Parece fácil. Nada que decir. Ves el Sena fluyendo. Te aburres de cansancio. Demasiada gente. Las nubes vienen del océano. Un rincón de un pueblo francés. Un triste rincón de un pueblo francés. Un rincón provinciano de un pueblo francés. Pero las mañanas son frescas. Cuando se duerme bien las mañanas son frescas. Y cuando caminas por la mañana por las calles frescas de París no encuentras el aburrimiento. Las cosas también se cierran. El cierre en lo corriente. Lo corriente de la corrección se cierra en forma de correccional. Léame el reglamento francés napoleónico. Mejor el rostro de Mitterrand. El rostro siniestro de Mitterrand. La filosofía de Michel Onfray se ríe del mundo de la corrección y desborda el correccional. Houellebecq escribe sobre la posible Francia musulmana, pero sus orgasmos cada vez resultan más problemáticos. Michel Onfray c'est l'enfant terrible de la France irresistible. Nadie sabe cómo llegar a París. El laberinto está abierto. Pasen y vean.
ResponderEliminarLa Noche de San Bartolomé me ha horrorizado en sueños. Quiero alcanzar la punta de la Torre Eiffel. Quiero tomar una cerveza encima de l'Arc de Triumph mirando hacia los Champes Elysees. Es hora de los cielos grises y el aire demasiado fresco. Es hora de mirar al cemento de cerca. Nadie sabe qué hacer con tanto museo y tantos cuadros y tantas piedras. Hemos salido corriendo del Hotel Elizabeth y seguimos corriendo por una avenida que nunca acaba. Los cuerpos están hechos para moverse y darles sentido material. Comer, beber, descansar y volver a cansar. Y lo otro. Qué diablos nos quiere decir París en esta noche de silencio con Sartre de trasfondo y la existencia amenazada por el absurdo. O la nada. l'Être et le Néant. Cerveza, más cerveza; oiga ahógueme en cerveza. Las calles de París bailan con la cerveza y l'ecouter française.
ResponderEliminar¿Quién es aquella persona? No puedo ver su cara. No sé quién es ni adónde va. París.
Encuentro mi destino en los túneles del metro de París. Soy un hombre de los túneles y camino por ellos con plena libertad. Todos estamos de paso en los túneles del metro de París. Oiga, ¿quién es usted? Oiga, ¿adónde va? Corriendo y huyendo de la matanza. Noche de San Bartolomé. Miles de protestantes son masacrados, sacados a la calle y masacrados. 23 y 24 de agosto de 1572. Catalina de Médicis y Enrique de Navarra. "Es difícil, todavía, determinar la cronología de los hechos y conocer el momento exacto en el que empezó la masacre. Parece ser que fue una señal dada por las campanadas de maitines desde la iglesia de San Germán-Auxerrois, próxima al Louvre y parroquia de los reyes de Francia. De inmediato, los nobles protestantes fueron expulsados del palacio del Louvre y masacrados en las calles. El almirante Coligny fue sacado por la fuerza de su lecho y arrojado a la calle por una ventana de palacio. Ya de madrugada, el pueblo empezó a perseguir a los protestantes por toda la ciudad. La matanza de miles de personas continuó durante varios días pese a las tentativas del rey por detenerla."
Hubo apertura en el Mayo del 68. Sí la hubo. Una apertura da lugar a nuevas experiencias. Luego la sociedad se repliega, pero recogiendo las nuevas experiencias que más tarde se han de institucionalizar. Recuerdo la música de The Beatles en el barrio latino cuando miraba los libros prohibidos en España. Allí compré la edición francesa del Sargeant Peppers. Anhelo de libros prohibidos. De imaginaciones despertadas por una música exploradora de nuevos ritmos, nuevas letras, nuevas incursiones en el cielo y el infierno. Rolling Stones. El Barrio Latino bullía de hippies, de tribus jóvenes que aspiraban a la realidad psicodélica multidimensional. Amor libre hasta donde era posible comprender la libertad y el miedo. La frontera entre la libertad y el miedo. De nuevo la libertad y el miedo. O la libertad y lo posible. O la libertad y lo que el miedo nos marca como posible. O lo que imaginamos como libertad y no es más que territorio de nuestro ego posesivo. Y si posesivo miedoso. El riesgo es una apertura hacia lo indeterminado, lo indefinido, lo posiblemente equívoco.
ResponderEliminarDeleuze. No conocía todavía a Deleuze. Lo habría de conocer más tarde. En el 74 conocí El Antiedipo de Deleuze y Guattari. Gran libro. Spinoza revivido. Un protestante lee lo que le apetece. Un protestante tiene plena libertad para leer lo que le apetece. La Biblia es un libro abierto. Nunca se cierra la Biblia. Las interpretaciones son infinitas. La comunidad de las interpretaciones. La comunidad local de las interpretaciones o mejor todavía: las enCARNAciones del Espíritu en carne y materia. El Espíritu vivifica la carne, da sentido a la materia, a la sangre: el Espíritu te hace vivir sin más miedo que el necesario para vivir equilibrado. No son juegos psicológicos. Nada de proyecciones psicológicas o fantasmales. Lo concreto de la materia, la carne, la historia de los hombres y las mujeres o las mujeres y los hombres. El protestantismo que sigue siendo potencial y apertura. ¿No estás delirando con tu protestantismo? ¿No es protestantismo más que puritanismo decadente y desfasado, iglesias vacías en toda Europa?
Por el barrio Latino se iban aclarando dudas. La razón se hizo más fuerte. Curiosamente en el mundo de la imaginación la razón se hizo más fuerte. Pero los irracionalismos basados en el miedo no desaparecen por obra y gracia de la imaginación. Desaparecen con la acción y la acción es complicada, es riesgo. Siempre riesgo.
Hubo apertura en el Mayo del 68 mientras paseábamos por el Barrio Latino y despertábamos a nuevas intensidades.
Deleuze, fiel a sus líneas de fuga, se tiraría por una ventana de su piso de París en noviembre de 1995.
University of Texas. Gayatri Spivak nos hizo leer textos difíciles. Sus clases empezaban con mucha gente, de tal manera que no cabíamos en un aula grande y había gente que tenía que estar de pie. Pero a medida que la dificultad aumentaba con el cruce de crítica literaria, historia, filosofía, política y tercer mundo, la gente iba abandonando. Gayatri era endemoniadamente complicada tratando de dar a conocer sus textos deconstructivos. Pero era aparentemente endemoniada. Yo comencé a ver posibilidades que parecían ya cerradas y su "posesión diabólica" me hizo adentrarme en textos críticos duros, pero textos que me producían un gran placer estético al leerlos. Profundizaba y profundizaba y creía no llegar a ningún sitio, y a veces me desesperaba y caminaba por la Guadalupe Steat pensando y cavilando (brooding) en aquello que Gayatri nos estaba inoculando. Sylvia, mi compañera de trabajo chicana, me veía hechizado con la forma en que empezaba a interpretar los textos y las lecturas de los textos y las texturas que tejían los textos. Me dedicaba a hacer inventario en la Latin American Collection de todos los libros y documentos que en aquel entonces comenzábamos a informatizar. Y un día bajando la colina del LBJ Center hacia el centro del campus de repente me daba cuenta que algo se había desplazado en mi forma de pensar. Empezaba a comprender lo que tanto trabajo me costaba y las lecciones de Spivak se revelaron como una clave importante a la hora de hacer crítica literaria. Por todos lados veía posibilidades, nuevos horizontes por explorar, nuevas expansiones en mis territorios de la conciencia. Era el hombre más feliz y pasee por el Campus hasta llegar a la torre y luego me senté a contemplar las ardillas. Sylvia me dijo que era un auténtico brujo a estilo de Don Juan en los libros de Castaneda que por aquel entonces ella leía sin tregua--yo los leería más tarde. De alguna manera estaba embrujado, pero mi embrujo pedía más realidad y la realidad se hacía difícil en ocasiones. La realidad no deja nunca de ser realidad y te suele poner cara fea, cara de muro de hormigón; y, cuando descubre que estás a punto de traspasarlo se hace más realidad y te fuerza a seguir hablando su idioma sujeto-objeto.
ResponderEliminarY la clase de Gayatri se iban quedando más y más vacía de gente que desistía, que no podía seguirla y que no estaba dispuesta a seguirla; y todo al mismo tiempo que yo y otros pocos como yo bebíamos literalmente la clase y adorábamos a Gayatri cuando llegaba con su shari indio y su inglés con acento de Bengala--era de Calcutta--y la clase comenzó a transformarse en una especie de clase de iniciados que nos podíamos reunir incluso fuera del campus en cualquier pub o cervecería y no dejábamos de hablar nuestro nuevo idioma crítico basado en Derridá, en Foucault, en Lyotard, en Kristeva, en Fredric Jameson o Edward Said: un paseo por el formalismo ruso, por la filosofía moderna, por la historia de los sujetos alternos a través de novelas escritas por Jean Rhys, por E.M. Forster, y otros... Una noche el último resto de su clase fuimos a caminar bajo el cielo estrellado del Zilker Park a las orillas del Colorado River y éramos un grupo pleno de entusiasmo y Spivak era como nuestra madre. Algo de Edipo. Un poco de Edipo. Spivak nos despertó algo de Edipo y acabamos en una cervecería de la Sixth Street. Ella vestía con su shari. Entonces unos redneck de una mesa de al lado intentaron reírse de ella, pero Spivak al oir los comentarios se dirigió a ellos directamente y los hizo callar humillados....mientras la orquesta de música country seguía tocando....
Me viene esto a la memoria porque durante mi visita a París en el año 1971 me di cuenta que mi vida había quedado estancada en ser un peón de taller de vulcanizados y estudiar por la noche lo que no quería estudiar y que además los horizontes asturianos se iban cerrando en mero provincianismo y provincianismo de izquierdas en muchos casos, aunque también en Gijón bullían muchas cosas que se salían de los parámetros de la normalidad bajo el trasfondo franquista y cometíamos muchos errores éticos disfrazados de progresismo y los asuntos sexuales nos quemaban la juventud y todo parecía ser un círculo vicioso....Años atrás la vida en la capilla evangélica había pasado a ser mi familia y la Capilla era una especie de oasis en un mundo complicado y de trabajo y vida que ya parecía cerrase, lo que no se cerraba curiosamente eran los textos bíblicos...con el protestantismo la vida del texto es fundamental: el texto, el texto impreso, la lectura del texto, los himnos, los grandes himnos clásicos del protestantismo...ser protestante en Gijón era una rareza...algo así como decir que eras gay o de una secta de lunáticos....España intolerante, España que aquello que no comprende lo desprecia...Pero el protestantismo reforzó mi amor al conocimiento, el placer de la lectura, de la interpretación, de la relación individual con D-ós.
ResponderEliminarExtraña mezcla de protestantismo, progresía neomarxista, neofreudiana, los sesenta a finales fueron una época explosiva...a España le hubiera hecho mucho bien la Reforma protestante... pero fue el "no pasarás" y luego ya fue tarde..las clases ilustradas, los liberales, las mentes pensantes tiraron ya por las filosofías modernas existencialistas, positivistas, marxistas... si algo de protestantismo llegó fue ya de un modo muy indirecto.
Barathy Puljhapulkar miró los libros con cuidado. Luego los volvió a poner en la estantería. Las obras eran de Krishnamurti. Por la ventana era posible ver el contorno de la cúpula de la iglesia del Sacre Coeur en Montmartre. Encendió una barra de incienso y preparó un te indio. En el tocadiscos sonaba música de sitar. Momento propio para meditar. Trajo el te y nos quedamos mirando el uno al otro por mucho tiempo. Sólo mirar. Concentración. Luego nos empezamos a reír. Ella dijo que le gustaba a Grieg y entonces puso en el tocadiscos Peer Gynt. Op. 23: Complete Incidental Music, Acts I-IV. Ello sirvió para hablar de Krishnamurti y su método directo de iluminación: he ahí el absoluto: ahí mismo, ahora, eso...eso.... Luego me habló de Alan Watts. Yo ya había leído el LIbro del Tabú. Conocía a Alan Watts y su zen californiano. Sausalito. Alan Watts vivía en Sausalito cerca de San Francisco. El silencio zen. Extraña sensación del silencio zen, el silencio del cosmos, el centro del cosmos es cualquier sitio...En Dallas Mirla Porlansky llevaba su perro a clase y lo ponía debajo de la silla. Mirla vestía una falda larga tipo oriental y llevaba gruesos jerseys artesanales. Mirla practicaba el sufí. Me hablaba con los ojos muy abiertos y siempre directos, directos a mis ojos: cuatro ojos unidos en una sola mirada. Nuestra profesora era una judía lesbiana pequeña de estatura: Elsa Kaplan. Me gustaba Elsa Kaplan porque era una mujer enérgica y de ideas fuertes sobre la política y la militancia feminista y más que nada porque era una gran persona. Extraña clase en el Eastfield College....Elsa Kaplna y Mirla Porlansky....Dallas, Tx.
ResponderEliminarBarathy Puljhapulkar me dijo que el mejor filósofo indio era Ramakrishna. Podía llevar un libro de Ramakrishna si quería. Cuando acabó Grieg comenzó el ritual y cerramos la puerta. Una puerta impide ver. Si una puerta se cierra otra se abre. Incienso. Olor a incienso. El baile endemoniado de Kali, la diosa Kali. Kali se metamorfosea en muchas formas: puede ser ángel o demonio. Por la ventana podía seguir viéndose la cúpula del Sacre Coeur.
A Cynthia le gustaba el arte sadomasoquista. Admiraba a los nazis por ser crueles e implacables. Pero era su locura particular. Su fantasía particular. Un ataque psicótico producido por el alcohol hacía temblar a todo el mundo que acudía a sus fiestas en Austin. Su casa estaba medio oculta entre la maleza y los nogales. De otra manera Cynthia era normal, encajaba en la normalidad. Ascendía en su trabajo. Vivía bien. Su mejor amigo era un mariquita rubio como un ángel, pero insoportable. Música punky. Lectura de novelas extrañas. En ocasiones fría, sin remordimientos. Pero en su casa las fiestas eran agradables, acudían gente de diferentes departamentos de la universidad. Morena. India mexicana. Ojos grandes. Vivía con diferentes hombres que iban rotando por aquella casa como si fueran posaderos ocasionales. Le gustaban los libros de Castaneda. A veces se casaba. pero se divorciaba en dos meses. Si alguna vez se emborrachaba en alguna fiesta: entonces surgía el ataque psicótico y podía aparecer hasta un coche patrulla de la APD.
Extraño mundo.
Iggy Pop. Iggy Pop actuó aquella noche en un club roquero de la calle 6. Nazi de cuerpo para arriba con su chaqueta de cuero y su visera del ejército nazi con emblemas nazis, pero la otra mitad era una putilla en bragas y con liguero que embutían unas piernas escuálidas de hombre perruno y aquellas bragas estaban a punto de reventar un extra-paquete de macho contumaz. Iggy Pop podía ser lo que uno quisiera hacer de él. Su música era infiel a todos los parámetros y sus gestos eran de total desprecio a todo lo que le rodeaba. Hablamos del año 1981. El espíritu de los años 60 se iba modificando en otra cosa. La vía que habían abierto los Rolling Stones se agrandaba. Black Sabbath ya andaba experimentando su música siniestra. Y el heavy daba sus primeros pasos.
ResponderEliminarHay luz y sombras en toda vida humana. La única forma de conocer a alguien es mirando y viendo lo que hace. Lo que el cuerpo hace. Las temperaturas del cuerpo. Las afecciones del cuerpo. Mi cuerpo conecta aquí, pero no conecta allí. Hay algo muerto en mí cuando me relaciono en esta y otra situación. Algo muere en mí cuando estoy con esta gente o en este sitio, pero algo revive y despierta cuando estoy con esta persona o en este ambiente o en esta situación o acontecimiento. Cuerpo por otro lado se vuelve agresivo o experimenta sensaciones de negatividad cuando la resultante de los ensamblajes es una substracción de energías propias que el acontecimiento o las personas o el lugar absorbe para sí en detrimento de cuerpo. Cuerpo. Emociones, deseos, fantasmas, representaciones. Centros gravitatorios. Órbitas neuróticas y vueltas y vueltas. La fuerza del deseo que crece, la alegría que crece cuando cuerpo está con las personas adecuadas, con las conversaciones adecuadas, en los acontecimientos adecuados. Amor deja de ser una palabra-tópico. Qué horror de esa gente que te habla del amor con tanta frivolidad. Es la palabra más hipócrita, más artificial, más antipática cuando se utiliza para pretender, para jugar a ser sentimental. La sentimentalidad es el disfraz de quien carece de sentimientos reales y entonces los ha de fingir o los ha de exagerar para representarse de la forma más aparentemente buena posible. Todo es complicado. Hay gente con zonas emocionales muertas y que es consciente de que algo ha muerto en ellos hace tiempo, pero hay que fingir lo que ya no tiene vida. Todo se puede falsificar decía uno de los protagonistas de la película La Mejor Oferta. Simulacros. ¿Qué es lo real y qué es lo falso? ¿Qué es la copia y cuál es el original?
Y de repente una imagen, o una persona, o un acontecimiento: un libro, una canción, un recuerdo lejano, una experiencia profunda te despierta del letargo, te recuerda que estás vivo, que la vida puede hacerte sonreír de nuevo y que tú también eras eso que ahora bulle y te empuja a hacer cosas con gana e ilusión. Algo se abre y te muestra el cielo del atardecer como un umbral hacia reinos desconocidos de nobleza y verdad. Eso es amor. Cuerpo descubre el amor en la vida real y palpable, en la naturaleza física. Las aguas estancadas comienzan a fluir: eso es amor. No hace falta pronunciar la palabra, no hace falta moralizar con la palabra. Puede ser un momento, puede durar más o menos, pero si eso ocurre vívelo, es tuyo, es un regalo de D-ós. Las zonas muertas pueden revivir y entonces dejas de simular, de fingir, de jugar a los simulacros con tu vida.
Iggy Pop. Collage de significados perversos. Descúbrete en ellos. O hazte tu disfraz y tu música perversa y agótalo hasta que deje de tener poder en ti. Iggy Pop: ¿profeta? ¿demonio? ¿ángel? Cada uno pudo hacer de Iggy Pop lo que quisiera.
Michel era estudiante de ciencias políticas. Residía en la Maison de Cuba de la Cité Universitaire del Boulevard Jourdan. Cuando salimos a dar una vuelta hacia el barrio Latino llevaba un grueso tomo de no me acuerdo quién. Quizás si me acordare ahora sí podría saber de qué iba aquel tomo tan grueso y qué demonios hacía aquel tomo tan grueso con nosotros en aquel paseo al barrio Latino. Tenía vocación de ingeniero. Le gustaban las categorías sociales claras, precisas. Un buen político de izquierdas ha de saber manejar categorías claras y precisas y así crear el socialismo. Cuando llegamos al barrio Latino pronto encontramos una librería de libros gruesos y de política profunda. Barathy se puso a ojear los libros de los mostradores callejeros de la misma librería. Yo me puse a mirar los discos. De repente el intelectual del libro gordo me pasa el libro gordo y dice que se lo sujete por un tiempo. El cubano que venía con nosotros no tenía mucha pajolera idea de teoría revolucionaria, pero disfrutaba los paseos por París y a veces hablaba de Fidel como nuestro Comandante en Jefe, pero lo suyo eran las mujeres francesas y la buena cerveza de los bistró. Yo miré el libro y ahora me viene a la mente Lukács. Brrr! Tiemblo ante tal autor. Ahora el autor me hace temblar, en aquel año del Señor 1971 me era desconocido, aunque no tardaría en conocerlo en Gijón. Hola, me llamó Lukács. Encantado de conocerle. Eran un par de tomos sobre teoría estética marxista y estaban en el piso del Subrepticio. No creo que jamás los leyera. El Subrepticio jamás pasaba de tres páginas de tales tomos sesudos de sesuda teoría marxista. Bueno, si eras un poco listo te dabas cuenta que todo estaba en función de la conciencia de clase y una obra de arte era obra de arte bueno si de alguna manera despertaba la conciencia de clase y te hacía ver lo horriblemente idealista y deformante que era la visión burguesa del mundo. Con Spivak, --Gayatri Chakravorty-- hubo que leer a Lukács y era una puesta al día de Hegel en clave conciencia de clase para sí y en sí y el para sí habría de coincidir algún día con el para sí.
ResponderEliminarCuando salió el intelectual que estudiaba ciencias políticas, Michel, de la librería nos dijo que nos invitaba a un café en una cafetería de más abajo. Yo seguí con el librón de Lukács como una santa premonición de lo que todavía me quedaba por aprender en la vida. El cubano bromeaba en francés, Barathy vestía con su hermoso sarí. Por fin nos sentamos en la terraza del café y de repente en una mesa al lado una pequeña panda de la facultad de ciencias económicas, todos ellos de estética Beatle o Rolling Stone con barbas y rostros de futuro político muy provechoso y ambicioso en una sociedad que ellos habrían de manipular hacia un socialismo teórico y práctico. Pero todavía eran jóvenes y alegres y bebían cerveza con alegría. Yo seguía con el tomo de Lukács, pero entonces el estudiante intelectual nos enseñó su presa: había robado un libro bien encuadernado de otro autor concienzudo: Adorno, Theodor Wiesengrund Adorno. De ese me acuerdo del título: Dialectique négative. El libro era caro, creo que 40 francos de entonces, y el intelectual estaba satisfecho de su éxito contra el librero burgués. No sé por qué en aquel momento me dio pena del librero burgués y Michel me empezó a parecer un frío estudiante cínico y calculador con futuro posiblemente brillante, pero no hubiere querido yo vivir en su mundo frío de ingeniero teórico con los conceptos claros del socialismo científico. Más adelante también conocí progres que robaban libros y discos con fina profesionalidad; otros sabían cómo robar la electricidad para sus casas y cosas por el estilo. Contra el burgués valía todo. La ética era relativa a la lucha de clases. Amén.
Conciencia en plano funcional. Funciona. Trabaja. Funciona. Conciencia opaca. Hay gente de conciencia opaca. Quien es opaco quiere que todo sea opaco. Opaco power. Mundo opaco y mundo funcional. Ya lo estás sobrevolando y entonces lo opaco es opaco dentro de sus límites de opacidad. Opaco is powerless. Lo opaco es otro aspecto para cuando uno quiera ser opaco o caiga en la opacidad. Abrumado por la opacidad me puse a mirar en los rincones, en los bordes, en las palabras ambiguas. Hay salidas. Salidas arriesgadas. O salidas a otras opacidades. Procuremos no ser bordes. Entonces desconfiaríamos de todo. Nos replegaríamos y no quisiéramos arriesgarnos para nada. Riesgo es peligro y punto. He ahí el célebre paisaje. ¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas de tú célebre paisaje? Es tuyo y ahora lo vas a recorrer. Tu paisaje y tú geografía. Pero mantente en la vía sensorial; la vía de lo palpable; la vía de los olores; la vía de la vista o el oído. Tu piel ha de sentir siempre. No hay que escapar a ningún sitio alucinatorio. Ahora camina y forma tus propios senderos. Es como vivir en un nuevo planeta sin explorar. Todo tuyo y todo dentro de un plan constructivo con la razón y la imaginación. No te lo puedes creer pero ya estás fuera de la opacidad. No pares. No mires para atrás. La opacidad es segura y su aburrimiento se hace Realidad y la Realidad se hace indiscutible. Serás entonces muy real. Demasiado real para ser verdad.
ResponderEliminarEn los sótanos de la librería Gallimard del Barrio Latino estaban los libros prohibidos que compraban los españoles. Compré varios, entre ellos "La prodigiosa aventura del Opus Dei" de Jesús Ynfante de la editorial Ruedo Ibérico. También "La Guerre Civil en Espagne" de Max Gallo en dos tomos. Y otros varios relacionados con el mundo prohibido español y que comprarlos era todo un morbo. Cuando llegaba el ALSA a la frontera, algunos de ellos los metí bajo el pantalón pues el autobús estaba siendo registrado por la policía de fronteras y ya habían entrado mirando una a una las hileras de pasajeros que íbamos medio dormidos. Preguntaban a algunos sobre lo que llevaban en los bolsos de mano. Por suerte nadie se fijó en mí. El mundo circulaba de aquella forma en el año 71. Conmigo venía también el Sargent Pepper de Los Beatles que más tarde daría muchas vueltas y revoluciones en los tocadiscos que llegué a tener. El sonido era un sonido estéreo que despertaba sentidos y ganas de transformar el mundo en una fantasía psicodélica. Opus Dei. Sargent Pepper. Guerre Civil Espagnole. Todo iba en el mismo lote. En mi maleta. Venía de mi viaje. Mi viaje al extranjero era mi puerta abierta a un nuevo mundo. Muchos de mi edad que viajaban a parís eran estudiantes. Yo no era estudiante. Era un obrero en un taller que leía lo que podía. Y con el estéreo escuchaba todo tipo de rock que caía en mis manos. Desconfiaba del comunismo militante que gobernaba de alguna manera el underground de entonces. Siempre desconfié de las militancias. Mi militancia protestante ya había pasado su celo de neófito fundamentalista para desplazarse a un mundo complejo donde todo se relativizaba en función de los paisajes mentales que se iban abriendo.
ResponderEliminarEl mundo era muy variopinto, muy complejo, muy rico en experiencias de todas las culturas. Leía, quería saber. Era inconformista nato. No me gustaba quedar en un sólo puerto. Quería ver, descubrir y agotar en lo posible lo que era agotable. Nada de militancias en modelos diseñados por otros. Yo podía diseñar mis modelos. También yo podía diseñar mis modelos. Las organizaciones no soportan a los inconformistas. Los quieren obedientes, militantes, serios y circunspectos; capaces de hacer cualquier locura en nombre de la causa. Y si no estás en la causa te excluyen, te odian. Las organizaciones progresistas son tan beatas e intransigentes como las demás. Generan fanatismo de organización. Se consideran parte de una moral superior y te miran con desdén. El mundo y yo. Mi verdad habrá de ser siempre individual e intransferible. Nadie puede pensar por mí, ni nadie puede vivir lo que yo vivo. La filosofía permite llegar a los límites, la política es cosa de colectivos, de organizaciones, de obediencias. Mi sistema político preferido es aquel que me permita pensar como quiera, leer lo que quiera sin tener que dar cuentas a ninguna policía, a ningún comisario político, a ningún consejero espiritual. El liberalismo es el único sistema que te deja en paz con tu individualidad. No te moraliza. No te dice cómo has de vivir. Cuatro leyes fundamentales para que la sociedad marche y no nos matemos unos a otros y por lo demás vive y deja vivir. Ningún militante puede admitir esta libertad tan sencilla. Ellos viven para transformar modos de vida y no paran de tocarte los cojones con sus doctrinas, sus ideologías totalitarias, su odio al "individualismo". Ellos quieren colectividades donde no haya más individuos que aquellos que sean manejables. Programables para su causa. Son parte de un megaproyecto de transformación universal. Casi nada. ¡Qué peligros! Todo lo que tocan suelen emponzoñarlo con sus obediencias e interpretaciones siempre sesgadas; sus entusiasmos insoportables. Ahí no hay libertad posible de pensamiento. O con ellos o contra ellos y punto. Por eso la filosofía. O el arte: ahí no llegan, no pueden llegar. No es su territorio. Quieren llegar pero por mucho arte comprometido con la causa que se haga siempre habrá un arte que trascienda su causa, pues el arte no está por ninguna causa. La verdad del arte y el pensamiento es siempre un camino por abrir y ese camino no respeta causas ni proyectos. El arte es un infinito de vida.
ResponderEliminarCuando alguien explota o abusa de poder entonces se han de formar comisiones de lucha provisionales (basadas en la libre asociación) y siempre en función del acontecimiento concreto que lo provoca. Una vez que el problema ha sido zanjado y hay una vuelta a la normalidad de la ley, la comisión se disuelve y punto. Los individuos libres se organizan en función de acontecimientos concretos. Forman comisiones o asociaciones provisionales para casos concretos en que las libertades y derechos puedan ser coaccionados. De estas comisiones o asociaciones jamás saldrán sindicatos permanentes como organizaciones, ni partidos. Una vez acabado su cometido se disuelven. Jamás darán lugar a su perpetuación como aparatos que inevitablemente reclamarán sus cotas de poder burocrático, su derecho a imponerse a la sociedad y demás corrupciones. Los partidos serían más bien plataformas ocasionales para unas elecciones concretas. Después de las elecciones tales plataformas se disolverían y sus representantes elegidos responderían a la ciudadanía, no a las plataformas. En otras elecciones pues serían otras plataformas con otras necesidades y lo mismo. Pero la naturaleza humana no permite estos grados de libertad. Siempre habrá camarillas, sectas, grupúsculos conspiradores, mentes paranoides, intereses muy concretos y particulares a defender por encima de la sociedad y de la ley a ser posible.
ResponderEliminarVivimos en un mundo "caído". No nos hagamos muchas ilusiones.