Con lo cual el sentido se hace político. No
hay sentido, al parecer, fuera de la política. La ética, la moral, lo estético,
lo religioso, lo cultural; parece todo ello subsumido en el paradigma político.
La misma economía parece no poder comprenderse fuera de la política. La misma
ciencia parece quedar englobada en el cómo y en función de qué se hace o se
investiga.
Triunfa el paradigma de lo político y abarca
todo. Religión y política son inseparables de modo explícito en el Islam
radical y no tan radical. Muchas religiones ya están dentro del juego de lo
político de modo prioritario, tanto en su versión integrista como progresista.
Y yo me pregunto.
¿Por qué ha de ser el paradigma político el
modo dominante? ¿Por qué envenenarse diariamente con el ruido y bombardeo político
de un modo tan totalizante como abrumador?
¿Por qué no liberarse de tal paradigma y adoptar otros paradigmas de otro rango que subsuma la política como algo secundario o complementario?
He aquí la
"revolución pendiente". Rebelarse de un modo íntimo y subjetivo
contra el paradigma político dominante para vivir, descubrir, crear, revelar,
otras muchas aperturas y experiencias donde lo político pase a ser secundario, utilitario, complementario.
¿Por qué no liberarse de tal paradigma y adoptar otros paradigmas de otro rango que subsuma la política como algo secundario o complementario?