nos queda el poder de la simulación. Qué bien simulamos en nuestro generalizado nihilismo. Todo como sí. Como si creyéramos en algo, pero ese algo nos es indefinido y ambiguo, pero cuanto más indefinido y ambiguo mejor. Simulación. El poder de la simulación. Yo simulo, tu simulas, él/ella/ello simula, etc. Somos anti y pro al mismo tiempo. Antisistema dentro del sistema. Inconformistas dentro del conformismo. Abiertos de mente dentro de un infernal círculo vicioso. Todo tan guay; todo tan legal dentro de la ilegalidad de un sinsentido. En el fondo parece que todo nos da lo mismo y lo mismo no acaba de ser diferente, ni mucho menos alteridad. Yo me altero con mi alteridad apenas alterada. Yo me diferencio dentro de la más sublime banalidad diferenciable. Generalizado nihilismo de una nada etiquetada en formas insubstanciales. Quizás hasta llegue a ser un héroe/heroína de la cocaína. Transparentes como el cristal con la totalidad cósmica con derecho a ser además de existir.
No sé si ISIS o Talibalandia siguen nuestro juego o ellos ya
han trazado la absoluta racionalidad del SER en forma de violencia totalizante
y ejemplarizante. Quizás ellos nos provean de la absoluta racionalidad en forma
de califato-hardware. Y dicen: O lo tomas o te ayudamos a dejar la existencia
por la vía expeditiva. El Libro es un Libro que no ha lugar a otros Libros porque
es el único Libro. Soy la sombra que ya te está cubriendo para liberarte de tus
aburrimientos y tus banales dudas. Observa cómo ejecuto en las calles sin
juicio previo. Tu civilización occidental está agotada y yo soy la alternativa
de lo alterno elevado al sumun de la más absoluta y abstracta racionalidad
coránica. Guau, wow! I mean business!!!