Cuando abordamos con sentido común el cristianismo actual todo
nos lleva a pensar que de la Biblia se desprenden principios universales que
nosotros denominamos, quizás en un sentido restrictivo, la Torá. Estos son: no
matarás, no mentirás, no robarás, no adulterarás en todos los sentidos; por
ejemplo, no adulterarás la ley en provecho particular, etc. Parece ser según
los evangelios que estos mandamientos engloban en sí lo que es el amor a D-ós
sobre todas las cosas. Y esa es la verdad absoluta tanto del judaismo como del cristianismo. Que
no deja de ser una ley ética universal. Vaya usted a Japón o a Boswana y a nadie le gusta que le roben, que le maten a un hijo, que le engañen o exploten, etc. No se necesitan ideologías ni
entresijos ideológicos, ni teologías rebuscadas para justificar esta ética: es
una ética de sentido común que todo el mundo entiende. Es una ética que con el
buen uso de la razón llega a ser autoevidente en todos los casos.
Por eso cuando vemos cómo las religiones se enredan en
multitud de interpretaciones teológicas sobre el asunto; cuando las ideologías
nos tratan de marear la perdiz con análisis confusos, pretenciosos, mistificadores
de la realidad con análisis generalistas y totalizadores, redentoristas; poseedores de las claves de interpretación del mundo, etc;
hemos de sospechar que nos quieren ocultar algo, que nos quieren engañar de
alguna manera; que nos tratan de hacer perder el sentido común y la razón
porque alguien desea más poder o decirnos lo que tenemos que hacer, o
redimirnos de los males de la Historia o cosas parecidas. Estamos tratando quizás con los falsos profetas que con tanto enredo de la madeja hace tiempo que han perdido el sentido común y la sencillez de la vida.
Una comunidad judía o cristiana ya tiene bastante con tratar en sus reuniones sobre el cómo vivir la Torá a la luz de la gracia divina que nos ha sido concedida por ser capaces de ver y palpar la realidad simple, razonable y de sentido común. Luego, todo lo que haya de venir en el futuro, está en las manos del D-os Alto y Misericordioso.
Una comunidad judía o cristiana ya tiene bastante con tratar en sus reuniones sobre el cómo vivir la Torá a la luz de la gracia divina que nos ha sido concedida por ser capaces de ver y palpar la realidad simple, razonable y de sentido común. Luego, todo lo que haya de venir en el futuro, está en las manos del D-os Alto y Misericordioso.
De un golpe, tenemos la posibilidad de borrar o ser indiferentes a todas esas confusas especulaciones
que pueblan tantas mentes en forma de teorías explicativas del mundo, de políticas
absurdas basadas en febriles imaginaciones con tal de eludir lo obvio del día a
día; la verborrea de los ambiciosos que buscan dominar de alguna manera y no
pueden vivir sin ejercer ese dominio.
La religión judía y cristiana son muy sencillas y creativas
y reconfortantes al mismo tiempo.
Lograr "la sencillez" es algo realmente complicado. Implica ausencia de soberbia, de pretenciosidad, de egolatría. Supone claridad de ideas, humildad, sapiencia, honestidad...... Está al alcance solamente de los muy sabios. Tal vez por eso las enseñanzas de los grandes hombres son tan sencillas, y a la vez, difíciles de seguir.
ResponderEliminarAZOR
SOBRE LA MORAL
ResponderEliminarLa moral del "sentido común" creo que ha existido desde los comienzos de la humanidad, de una manera o de otra. Y esta "moral natural" o de sentido común creo que es anterior a las religiones. Las religiones y los dioses no son los que "establecen" la moral; simplemente, se apropian de la moral existente y la elevan a categoría de sagrada, como si fuera una cosa que los dioses dictan.
Los intérpretes de la Biblia son los que seleccionan y nos transmiten cuál es la moral de la Biblia. Pero si leemos directamente el libro, nos daremos cuenta que hay muchas morales, no sólo los diez mandamientos. Por ejemplo, en el Deuteronomio encontramos morales verdaderamente bárbaras y salvajes, y toda la Biblia está recorrida por una veta de salvajismo moral estremecedor. Naturalmente, los seleccionadores y transmisores morales se guardan muy mucho de decirnos que esa moral es la que quiere Dios. ¿Qué criterios siguen para seleccionar? Porque todo viene de Dios, todo está en la Biblia. Yo creo que seleccionan lo más conveniente para ellos.
Cuetu
SOBRE LA SENCILLEZ
ResponderEliminarSé perfectamente lo que es y lo que significa el Islam, y a veces lo he manifestado claramente en este selecto Atrio.
Pero, en lo tocante a sencillez, hay que reconocer que el Islam es una religión sencillísima: sólo requiera creer en un solo Dios, y que Mahoma es su profeta. Sólo exige de nuestra razón estas dos cosas. Luego están los preceptos a cumplir, que también son sencillísimos.
Me importa destacar que el Islam es la religión que, relativamente, menos exige forzar nuestra razón. Hay un solo Dios y Mahoma es su profeta. Punto.
¿Qué hay que creer, en cambio, par ser cristiano? Hay que creer en un pecado original de la humanidad, hay que creer en un intento de Dios de llevar a la humanidad por el buen camino judaico, intento fracasado por la cerrilidad humana. Y que este fracaso requiere una redención, llevada a cabo por un hombre nacido de una mujer virgen, que a la vez es Dios, y que este Dios, por tanto, tiene tres personas: Padre, Hijo y Espiritu Santo. Hay que creer que, con la muerte en la tortura de ese Hijo, se produce una especie de "Redención" de todo el género humano, pero que sólo surte efecto en aquellos que la aceptan conscientemente con gran fe, y etc. etc. Y luego, a todo esto, añada también los correspondientes preceptos que exigen cumplimiento por parte del creyente.
Hay que reconocer que el cristianismo violenta la razón mucho más que el Islam. A cada uno, lo suyo.
Cuetu
Bien pudiera ser que el Islam fue la nueva fachada de un arrianismo derrotado. La popularidad de Aristóteles en el islam medieval lo explicaría.
EliminarLa simplicidad -no sencillez- o no de la divinidad explica la simplicidad o no de la religión y no a la inversa.
Que el cristianismo originara "teología" y mas aún, "teología sistematica" se debe, en el primer caso, a las Escrituras en las que se fundamenta, y en el segundo, a la naturaleza del Dios del que habla.
Y si Dios es simple, ¿para qué Dios? Y ¿ese Dios es Dios?
Miqueas
Miqueas:
ResponderEliminar¿Podrías explicarte mejor? No entiendo lo que quieres decir al final.
Dios, per se, se escapa a nuestra total comprensión. Un Dios simple -al modo islámico- no puede ser mas que fruto de la elaboración humana. En palabras de Cuetu "el Islam es la religión que, relativamente, menos exige forzar nuestra razón". En la medida que Dios sea un concepto que la razón pueda abordar totalmente -innecesaria pues la fe- mas evidencia que es un producto de esa razón y no el alter por antonomasia. De este modo, el Dios fruto del ser humano deja de ser Dios.
EliminarQue el Dios del cristianismo sea un Dios sencillo (que no simple) no evita que sea complejo.
Por ejemplo, el Dios cristiano es un Dios que se comunica con el ser humano. La complejidad surge cuando el cristianismo afirma que Jesús es la máxima comunicación de Dios con la raza humana. Dios habló (literalmente:) en hijo, según el autor de Hebreos refiriendose a Jesús.
Miqueas
Gracias Miqueas. Ahora ya lo entiendo.
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