04 marzo, 2012

EL "RACIONALISMO-OBJETIVO" DEL PASTOR RUSSELL (1852-1916)

Leyendo una biografía del pastor Russel (1852-1916), fundador de la Asociación Internacional de los Estudiantes de la Biblia, más tarde, año 1931, llamados Testigos de Jehová; por obra y gracia del dictatorial presidente Joseph Franklin Rutherford (1869-1942); pues me llamó la atención la forma en que Charles Taze Russell enfocaba su interpretación de la Biblia. Consistía ésta en considerar la Biblia como una revelación de Dios que el hombre era capaz de conocer con el uso de la razón. En una palabra, la Verdad de la Biblia se podía extraer a través de la razón y la lógica, no de interpretaciones subjetivas de teólogos u hombres de iglesia. Si había habido y hay tanta confusión en el mundo cristiano, sobre todo en el protestante con tantas confesiones e interpretaciones, era que no se había aplicado el método racional y objetivo que requiere la Biblia. Pero con un rigor racionalista y objetivo, según el pastor, se podía descubrir esa Verdad de la Revelación de Dios, de la misma manera que un científico puede descubrir la estructura del cuarzo, por ejemplo.

Así que el Señor Russel se puso a ello con empeño en sus horas libres después de trabajar en su tienda de confecciones de Pittsburg (Pensilvania), y así logra ir escribiendo artículos y; posteriormente, seis libros titulados Estudios sobre las Escrituras, donde este riguroso método “racional-objetivo” se puso a prueba. Claro está que él ya partía de la idea de que el texto canónico de la Biblia era incuestionable por tratarse de una verdad autoevidente. El pastor Russell dedica algún capítulo a demostrar que lo que dice la Biblia es verdad literal de acontecimientos reales, e históricos. Sus argumentos son un tanto precipitados y cuestionables, pero sin esa base de realidad bíblica incuestionable, es evidente que no puede haber estudio objetivo alguno de la Biblia como Revelación. Por tanto, con esa premisa fundamental, pues va desentrañando la Verdad y “desmitificando” las doctrinas paganas supuestamente superpuestas a esa verdad bíblica como habían venido haciendo las iglesias cristianas. Platón y Aristóteles habían ya conquistado Jerusalén. Los dioses paganos se habían colado en la iglesia católica en forma de santos, vírgenes e imágenes.

C.T. Russell elimina el dogma de la Trinidad, pues Jesucristo es una creación de Dios. Rechaza, al igual que los adventistas, la idea del alma como sustancia espiritual y la reduce a ser viviente sustentado biológicamente y así cuando se muere se pasa a un compás de espera inconsciente hasta el día del Juicio Final. En consecuencia desaparece la idea del Infierno eterno y del cielo como morada de los justos. Bueno, no todos irían al cielo, sino que la gran mayoría vivirían en una Tierra renovada y camino de la perfección, después de haber pasado por un milenio de nueva prueba para toda la humanidad (milenarismo). Más tarde, empieza a comprender que las profecías del texto sagrado nos dan las claves del desarrollo de la historia. Nada nuevo, pues el dispensionalismo ya era una teología desarrollada anteriormente por John Nelson Darby (1800-1882), fundador de los Hermanos de Plymouth y otros. También el adventismo de William Miller el granjero de Vermont (1782-1849), jugaba con estas claves para predecir con exactitud el fin del mundo. Y así el Pastor Russel empezó a poner fechas del fin del mundo, que como no se cumplían pues había que cambiarlas o reinterpretarlas como acontecimientos invisibles en lugar de visibles.

Como el método era un estudio “racional-objetivo”, pues si ocurrían fallos de fechas se debía a que había que perfeccionar y profundizar más en el estudio para llegar a la verdad final. Todas las doctrinas “bíblicas” ya mencionadas ya habían pasado a ser definitivamente "objetivas y verificables" con versículos claros y transparentes para toda mente racional. De ahí que este “racionalismo” atrajo a mucha gente: a miles de personas en poco tiempo; millones más tarde como Testigos de Jehová. Haciendo paralelismo con el método científico, pues Russell partía de las mismas premisas: Hay una verdad objetiva ahí en el texto que hay que descubrir a través de la investigación y luego esas verdades incuestionables pasaban a ser doctrina. Si surgían errores, o dudas sobre algo, pues se justificaban los nuevos cambios en base a un “mayor conocimiento” y “profundización” del estudio bíblico. El sucesor del movimiento russelita Presidente Rutherford, así justificó los cambios que había que hacer para ahondar en la separación de la secta con respecto al mundo: prohibición de transfusiones de sangre, prohibición del servicio militar, de celebración de cumpleaños o fiestas del "mundo", cambios de fechas, la relegación de las obras de Russell al olvido, etc.

La mente humana es muy extraña. Somos seres muy crédulos. Buscamos explicaciones globales como el agua. ¿Dónde está la Verdad? ¿Cristo? ¿Marx? ¿Nada? ¿Todo vale? ¿Dónde?

17 comentarios:

  1. Ya me perdonarán, pero yo creo que la Religión es (igual que dije aqauí en su momento de la filosofía) un género litarario.

    Todo consiste en escribir un libro, o en leer y recitar los mitos y relatos ya escritos en obras de naturaleza indudablemente litararia. Se trata de construir relatos o darles una cierta marcha a relatos ya existentes, por decirlo de alguna manera.

    Un caso muy claro es el de Joseph Smith, que escribió la Religión de Mormón (Libro de Mormón). Y digo escribió y no fundó, porque ya he dicho que la Religión es un género literario.

    Habría que decir, pues, que el cristianismo lo escribieron Pablo y los Evangelistas; que el Islam lo escribieron los imanes que utilizaron la figura y vida de Mahoma muchos años después de su muerte, y así sucesivamente.

    Un género litarario que mucha gente cree como verdad objectiva. De hecho, hay gente que sigue la ruta del Quijote pensando que fue la ruta que hizo Don Quijote "en la realidad".

    Cuetu

    ResponderEliminar
  2. Siguiendo esta idea, Sr. Nesalem, podríamos decir que la Religión de Los Testigos de Jehová la escribió el pastor Russell.

    Cuetu

    ResponderEliminar
  3. Bueno. Partamos de la religión como relato literario, pero hay que afinar mucho más. Nadie organiza una iglesia o secta en torno a la Odisea, o al Fausto de Goethe, o en base a la Divina Comedia o al Paraíso Perdido de Milton o a los poemas de William Blake. Nadie muere por el Fausto o por El Quijote; y, sin embargo se muere por la Biblia, por el Corán y por el Libro de Mormón. Lo más cercano a una literatura que se hizo religión de una manera más consciente fue la Cienciología de Ron Hubbard. Este escritor hizo la transición de la ciencia ficción a la religión de una manera exitosa. Pero por lo demás para que alguien muera por las narrativas religiosas y sean fuente de iglesias o sectas tienen que tener algo más. Hay algo más.

    a) Las narrativas religiosas reclaman revelación trascendente.
    b) Y si hay una revelación trascendente es incuestionablemente conocimiento verdadero.
    c) Y si conocimiento verdadero, pues una moral también verdadera e incuestionable.
    d) Por tanto, quien pasa a creer o tener fe en una religión (descartamos el budismo, etc.), pasa a aceptar una Verdad Suprema incuestionable que le da sentido en esta vida.
    e) Por tanto si es así, entonces el creyente no ve desventaja alguna y si muchas ventajas en obedecer su religión, su dios y sus sacerdotes, imanes, ulemas, pastores, papas o lo que sea.
    f) En ello le va al creyente su inmortalidad después de la muerte. Eso es muy serio y por ello se muere como mártir llegado el caso.

    En caso de que las narrativas religiosas entren en una profunda crisis de desconfianza, como en Europa, pues todavía quedan las narrativas ideológicas con buenos y malos y paraíso incluido. Para mucha gente de izquierdas (y derechas) el mercado es algo malo; es salvaje, inhumano, propio de aves rapaces desalmadas. Sin embargo la política social de estado de bienestar providencial, es buena y nos lleva a la bendición social. Al revés para un liberal. Todavía en Asturias es muy común asociar “empresa” como club de ladrones, como representación del mal. Ejemplo, cuidado con fulano que ye “empresa”. No digamos “empresario”. Esi ye un empresariu, o sea, ladrón o bandido. Las ideologías se estructuran en base a doctrinas no cuestionables.

    En fin, Sr. Cuetu, la vida es muy compleja.

    ResponderEliminar
  4. Curiosamente tampoco hay un ateismo neutro e incondicional. Hubo y hay ateismo en función de marxismo-comunismo-socialismo, hay ateismo en función de políticas e ideologías diversas.

    No hay ateismo per se, al margen de mitos ideológicos o políticos. Da la impresión de que la mente humana no puede guiarse en este mundo al margen del mito, de cualquier mito.

    ResponderEliminar
  5. Incluido el mito, dulce mito, de un mundo guiado por la Razón.

    Lo que le dije anteriormente: espere a que la vida le haga comprender lo irracional que es el mundo. Sigo creynedo que es usted muy joven.

    ResponderEliminar
  6. Ya, pero me perece, Sr. Nesalem, que Ud. comete el error de poner la ciencia en el mismo saco que las religiones, mitos e ideologías. La ciencia es un saber cierto y probado, mientras que las religiones, mitos e ideologías no constituyen propiamente un saber.

    En esto me parece que peca de superficialidad: todo es igual, todo vale lo mismo, todos somos iguales... No es tan difícil, redemonios, darse cuenta de las diferencias que separan el saber de los mitos, religiones e ideologías.

    Cuetu

    ResponderEliminar
  7. Tampoco es tan difícil imaginarse un mundo sin religión. El saber es la ciencia y punto. Todo lo demás, o no se sabe o sólo son conjeturas, que pueden ser muy válidas, pero conjeturas. En cuanto a las religiones, el arte y la literatura deben colocarse todas en el paquete de las creaciones de la fantasía humana.

    La gente debería darse cuenta de que lo que no se sabe, no se sabe y puunto. Tampoco es tan duro.

    Ya sé que la mayoría prefiere autoengañarse, qué me va a contar Ud. Pero insisto en que un mundo sin religión ni mitos podría funcionar perfectamente. No hay ninguna contradicción ni ningún imposible en ello.

    ResponderEliminar
  8. Si la ciencia es producto de la mente humana entonces es algo que está condicionado a la condición humana y valga la redundancia. Y si no es producto de la mente humana entonces no está condicionado por la condición humana y nos encontramos ante algo extrahumano, superhumano, metahumano o llámelo como quiera.

    Pero si es producto de la mente humana pues no salimos de lo humano y lo propio de lo humano es vivir en el mito; en cualquier mito: el mito-relato de la ciencia que se ve a sí mismo como fuera de todo mito: o sea: el mito que se ve a sí mismo como no-mito.

    No hay salida a estos dilemas.

    Simplemente, no hay salida.

    ResponderEliminar
  9. Que las grandes masas ignorantes del mundo árabe, hindú, etc. estén sumidas en la religión me parece incluso natural.

    Pero no es tan natural que gente occidental con criterios racionales, con estudios, y hasta con estudios científicos, profese diferentes religiones.

    La explicación que yo encuentro a la religiosidad de este último grupo de gente es que, ante el mito religioso, suspenden todos sus juicios y criterios de racionalidad. Ante la religión, no aplican la crítica con el mismo rigor y la misma profundidad con que la aplican en otros órdenes de la vida.

    Ante el hecho religioso, su racionalidad queda en suspenso. Ante el mito, les invade un profundo respeto que paraliza todo conato de crítica. Ante el discurso religioso, mantener un espíritu crítico les parece una profanación. Fueron enseñados por sus padres y mentores a reaccionar así ante el hecho religioso, y es muy difícil desprogramar esto.

    Así puede explicarse que gente inteligente en otros campos paralice su inteligencia ante la religión.

    El Joven Cuetu

    ResponderEliminar
  10. Todo lo que usted dice Sr. Cuetu es la narrativa del mito que no se ve a sí mismo como mito y que piensa que está fuera de todo mito. Pero eso es una locura como otras tantas locuras en las que vivimos los humanos.

    Usted, sigue dentro de los esquemas de los conocimientos humanos. Usted no ha podido saltar a ninguna esfera extrahumana desde donde poder contemplarse con transparencia y pureza; por tanto usted sigue necesariamente en el mito.

    No hay salida al dilema.

    ResponderEliminar
  11. Lo que usted también está diciendo es que el mito que no se cree mito es un mito superior a los otros mitos que están en un plano inferior respecto al mito que no se cree mito que incluye como narrativa la superioridad de su conocimiento respecto a los otros mitos.

    Lo cual indica que el mito que no se cree mito ha de imponerse por la fuerza si fuere necesario a esos otros mitos que son inferiores. Quien es superior en mitomanía ha de saber imponerse a quines son inferiores en mitomanías.

    Al universo le da lo mismo uno que otro. Le es tan indiferente una mitomanía como otra.

    ResponderEliminar
  12. Título de una obra:

    EL MITO QUE NO SE CREE MITO.

    O EL MITO QUE SE CREE FUERA DE TODO MITO.

    No hay nada que hacer con estos dilemas salvo que exista un Dios que sea capaz de trascender los mitos. Entonces podríamos hablar de Realidad y Objetividad y Racionalidad. Dios, curiosamente, sería la única garantía del conocimiento basado en esos tres conceptos. Sería la única garantía de un conocimiento no-mítico.

    ResponderEliminar
  13. Es curioso. Esto que acabo de decir no se me había ocurrido antes. Se hace necesaria la hipótesis de Dios para justificar todo conocimiento no-mítico. Es curioso.

    ResponderEliminar
  14. El mito es producido por la mente humana, de acuerdo. La ciencia es también producto de la mente humana, claro está. Pero el hecho de que sean ambos producidos por la mente humana no es justificación suficiente para que sean lo mismo, ni para que tengan el mismo valor.

    No es justificación suficiente. Ud. me está diciendo que dos cosas que salen de una misma fuente o fábrica tienen que ser necesariamente lo mismo, o del mismo valor. Pero esto no es evidente por si mismo; hace falta una demostración.

    Ni el mito es ciencia, ni la ciencia es mito. En realidad, son cosas muy diferentes.

    La ciencia es conocimiento verdadero sobre el mundo y la naturaleza, y el mito no es conocimiento. Las dos salen de la mente humana, pero ya ve qué diferentes son.

    El Joven Cuetu

    ResponderEliminar
  15. Por lo tanto, eso de "el mito que no se ve a sí mismo como mito", creo, Sr. Nesalem, con todo el respeto, que está de más. Porque la ciencia no es mito, es otra cosa muy diferente.

    De hacho, hay dos palabras ¿no? Si fueran lo mismo, no habría necesidad de dos palabras; con la palabra "ciencia" sería suficiente.

    Cuetu

    ResponderEliminar
  16. Y, por supuesto, no creo que la ciencia deba imponerse por la fuerza. ¡Que barbaridad! Precisamente eso es lo contrario a toda ciencia. (Dice Ud: "Lo cual indica que el mito que no se cree mito ha de imponerse por la fuerza si fuere necesario a esos otros mitos que son inferiores.")

    La ciencia se impone por la demostración, por el experimento, por la razón y la convicción. Nunca vi el caso de imponer ciencia por la fuerza, ni creo que esto quepa en la mente de ningun científico ni en ninguna Academia. es más, una ciencia impuesta por la fuerza no merecería ni el nombre de ciencia.

    Quizá mereciera el nombre de Religión, de Ideología o de Mito, eso sí. La Historia está llena de religiones, ideologías o mitos impuestos por la fuerza bruta y asesina. Pero no sé de ningún caso histórico de imposición de Ciencia por la fuerza.

    El Joven Cuetu

    ResponderEliminar
  17. Véase el epígrafe de arriba para continuar discusión.

    ResponderEliminar

Antes de enviar un comentario escríbelo primero en word para conservarlo en caso de que falle el envío. Trata de que no sea muy largo, pero si quieres escribir más entonces divídelo en más comentarios con el "sigue...etc". En caso de no poder enviar por cualquier razón no descrita entonces envíamelo a rbjoraas@telecable.es y yo me encargo de publicarlo.

DE LA RESURRECCIÓN PAULINA A LA RESURRECCIÓN VIRTUAL

  La promesa bíblica se centraba en un mundo transhistórico bajo el gobierno de Dios a través de su Mesías. Los espiritualistas quisieron es...