los tiempos se iba difiriendo hacia un futuro indefinido. Son otros los que tienen intención de hacer registro de la vida y enseñanzas de Jesús con proyección hacia ese futuro que no acaba; y, lo que es peor, no da señales de acabar. Ante las innumerables interpretaciones y sectas que se van formando en torno a la figura de Jesús, se hace entonces necesario, sobre todo entre las iglesias más fuertes de origen paulino, una puesta en común de documentos sobre la vida y enseñanzas del nazareno que ya empiezan a producirse y a circular bajo diversos prismas y puntos de vista. Hay que formar un canon que diferencie la verdad de la mentira, la fantasía de la realidad, etc. Poco a poco se va configurando el Nuevo Testamento actual de 27 libros, pero formalmente no se reconoce como canon hasta bien entrado el siglo IV. Y en esos 27 libros ya entran las epístolas de Pablo, los cuatro evangelios y otras epístolas pseudopaulinas o de atribución a Pedro, Santiago y Juan, más el apocalipsis. No olvidemos también que el primer cristianismo (con la excepción de los judeo-cristianos), se tiene que diferenciar también de la sinagoga judía con la cual comparte grados de proximidad y estatus jurídico parecido.
Más allá de los escritos producidos por las iglesias cristianas no sabemos nada sobre Jesús.
Pero en la imaginación de muchos cristianos actuales Jesús es real, vive, les habla y les da esperanza de vida eterna. La figura que se desprende de las Escrituras sigue revitalizando las conciencias de mucha gente. El cristianismo sigue siendo muy plural en sus formas y doctrinas, pero la conciencia de Jesús como ser sobrenatural o Dios hecho hombre, aunque en fuerte crisis en los países avanzados, persiste.