24 marzo, 2022

FE Y RAZÓN O RAZÓN Y FE

En las tertulias filosóficas y teológicas que venimos llevando a cabo un grupo de mentes inquietas de católicos, protestantes o unitarios, pues hay contrastes de pareceres y posturas diferentes que a veces plasmamos en artículos o presentaciones. Uno de los miembros de esta tertulia es el doctor en filosofía José Pablo Noriega de Lomas, el cual publicó en su día un ensayo titulado Ortología Antropológica en Studium Ovetense. Instituto Superior de estudios Teológicos del seminario Metropolitano de Oviedo (2019). He aquí mi percepción de lo que expone Noriega en su interesante ensayo.


   

Noriega parte de que el hombre solo puede ser feliz si acepta a Dios como su fin en esta vida. Él cree que mucha de la infelicidad actual y la confusión de valores que se sufre se debe a este abandono de la religión (en general) y de Dios como fundamento natural del ser humano. O sea, la aspiración a llegar a Dios es algo que nos viene dado de forma natural como seres humanos, pero que por razones históricas y políticas hemos venido abandonando y sustituyendo por ateísmos y materialismos que solo contribuyen a hacernos más infelices, más perdidos.  Hoy el ateismo acapara todas las instituciones negando cualquier centralidad o valor a la religión, que sin embargo, para Noriega, es la salvación a nuestras inquietudes. No obstante ha de ser una religión corregida y pulida por la razón. 

Dios para Noriega es un ser universal que se puede descubrir por la fe y por la razón. Por la fe a través de las religiones y sus revelaciones, pero también por las pruebas de razón. La fe por revelación sería entonces como un adelanto o crédito de conocimiento y experiencia de Dios que luego la razón, más reposada, ha de demostrar como verdad evidente y probada. Dios es fe y razón universal al mismo tiempo. No sólo fe y luego la razón como supeditada a la fe como instrumento (fideismo), ni tampoco la razón como única prueba y modo de vivir y entender a Dios al margen de la fe (deismo, teología liberal). Para Noriega la religión, sin embargo, aparece muy lastrada o envuelta con mitos y supersticiones de los cuales se ha de desprender para coincidir con la razón y así encontrar esa armonía que le corresponde y ser una fuerza espiritual completa para el ser humano. Así mismo la razón ha de aceptar la fe en Dios para ser una razón que se ponga al servicio de principios absolutos divinos que son los que rigen el universo y dan la felicidad y completud al ser humano. Ni el irracionalismo caprichoso y arbitrario de la fe, ni tampoco la razón fría e instrumental del ateismo, sino su complementación en el espíritu y alma humana. 

Entonces para Noriega la razón tiene un trabajo importante que hacer en nuestros días de ateísmo generalizado y de ideologías que niegan la religión y sus beneficios para el hombre. Tal trabajo de la razón a través del método de la teología natural, ha de librar y pulir a las religiones de sus mitos y


supersticiones, de sus dogmas absurdos no probados por la razón y que hacen que muchas mentes racionales o equilibradas encuentren obstáculos y prácticas opresivas, explotadoras de la ingenuidad o el miedo propio de los humanos, etc. Más que ser la religión una vía de liberación y completud espiritual, las religiones se convierten en fuente de confusión y de manipulación que nubla de laguna manera sus mensajes profundos de fe, sus caminos hacia Dios que siguen siendo sus razones de ser fundamentales.

 La razón , entonces, como don implantado por Dios en el alma humana para la comprensión de la fe en términos conceptuales que todo el mundo pueda ver, es la herramienta divina para conseguir una unidad de todas las religiones, pues al ponerse a dialogar sobre sus fundamentos y fines se darían cuenta de las muchas cosas en común que tienen y se podría acabar con la división actual de tantas y tantas religiones absurdamente divididas por dogmas que aplicando la razón de la teología natural caerían por si solos. Tal es el caso de la Trinidad en el cristianismo o los miles de dioses secundarios en el hinduismo que en realidad surgen de un solo Brahma. Las religiones africanas han de avanzar hacia una espiritualidad más coherente y racional como ya ocurre con el cristianismo, pues para Noriega el cristianismo es una religión que ha desvelado mejor que otras el amor universal, la caridad, la misericordia, valores comunes a otras religiones, pero a veces muy velados por costras de superstición y que el cristianismo a pesar de sus lastres como la Trinidad o los mitos de la Biblia, ha sabido incorporar la razón (escolasticismo) y centrase en los fundamentos de amor entre los hombres y el reino de Dios como final de la historia.

Esto es grosso modo la teología natural que expone José Pablo Noriega en sus blogs y en sus publicaciones del Instituto Superior de estudios Teológicos del seminario Metropolitano de Oviedo. Siéntase cada uno en dar su opinión sobre este tema en la sección de comentarios abajo. Lean las normas de publicación.     

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