28 mayo, 2024

LOS CUADERNOS MALDITOS DE MIRLA RADAKRISNA ¡QUÉ NOCHE!

Qué noche. De repente el universo se me presentaba como una monstruosidad sin más sentido que el de un animalón ciego y de cerebro casi plano, pero un cerebro convulsivo e incontrolable. Un animalón de infinitas y monstruosas dimensiones que surge por que sí y se expande como una masa energética en pleno brote psicótico. Y en ese sueño vivía la plena realización de vivir en ESO, y, no solamente vivir en ESO, sino también ser parte de ESO, y compartir con ELLO toda su ceguera, su demencial y desproporcionada y monstruosa molicie. Frío, plagado de trituraciones cósmicas, de violencias cataclísmicas en sus confines o sus entrañas, inalcanzable e incomprensible para esta mente que es facturación suya para reflejarse en sí mismo de alguna manera tortuosa o idealizada. Qué noche. Me levanté, abrí la ventana y vi que no había cielo estrellado al que maldecir con saña. Nubes nocturnas me protegían del gélido silencio de ese universo tan fantasmal y de apariencia silenciosa para los ojos del poeta que busca belleza donde solo hay violencia cataclísmica y monstruosa.


El poeta o artista u hombre común ve sólo las apariencias de silencio y profundidad infinita, pero no es capaz de imaginar la ciego y absurdo e insensato que significa ser toda esa infinita y desordenada locura en constante delirio de destrucción masiva y compulsiva además de tornar de nuevo a crear abortos de no se sabe qué para luego volver a machacarlos, crujirlos con saña demencial. Ciego. Loco. Vagabundo en una absurda situación de infinitud y eternidad sin posibilidad de encontrar descanso, tranquilidad, sentido; animal de cerebro plano aullando con alaridos sin tímpanos capaces de percibirlo. ¡Qué horro! ¡Qué nochecita!

Y nosotros, los humanos, somos sus criaturas aquí habitando esta roca todavía hirviente, vestida de patética putilla verbenera para reclamo de la nada y de nadie. Esperando a la senectitud del sol para que nos reviente y nos reduzca a lava incandescente y luego el silencio absoluto. ¡Qué noche! ¡Qué horror!


NADIE SABE CUÁL ES EL SIGUIENTE PASO QUE ACONTECE

En realidad cuando pasa el tiempo nos vemos siempre desplazados ente un devenir (futuro) que nos confronta con lo nuevo inesperado (continge...