COMENTARIO Y RESUMEN DEL LIBRO DEL HEBRAÍSTA RICHARD ELLIOTT FRIEDMAN
Este libro
se presenta como un misterio a resolver, y es un misterio que subyace en la Biblia como tema a través de
todos sus libros. Bien sea que consideremos las historias de la Biblia como
mitos, literatura o revelación, para Richard Elliott Friedman en las Escrituras
hay un progresivo desarrollo de la
manifestación de Dios al hombre, que va desde el conocimiento de Dios como
presencia empírica, real, visible y audible; hasta su desaparición como
divinidad que interviene en los asuntos humanos de forma explícita. Así
vemos que en el Edén Dios hablaba íntimamente con Adán y Eva, paseaba por el paraíso,
ordenaba lo que tenían que hacer. Más adelante Dios habla con Noé, participa en
la construcción del arca, hace un pacto con él; rompe el cosmos para crear una
inundación.
Dios está allí presente, cercano, visible con su poder y su ira.
Luego escoge a Abraham y en un momento dado hace presencia física con él en forma de tres varones que se
acercan a su tienda. Uno de los varones se identifica como Yahweh y habla y
dice. En general en los cinco libros de la Torá Dios es presencia visible, audible ante
multitudes, sus intervenciones tienen repercusiones en el desarrollo histórico
de Israel, son relevantes para la
humanidad. En el Éxodo, Números y Deuteronomio, Dios se manifiesta por medio de milagros, prodigios, habla con Moisés cara a cara, el pueblo ve sus portentos, la gloria de Dios hace presencia en forma de nubes. Pero poco a poco estos milagros y portentos, estos pactos con su pueblo y con sus líderes, van disminuyendo, hasta llegar a un momento en que Dios mismo dice: “Se encenderá mí furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro … /…ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día. (Dt 31: 17,18). Progresivamente la presencia de Dios se va reduciendo a determinados habitáculos o sitios específicos donde se manifiesta de forma mediatizada y más indirecta: el tabernáculo, más adelante el templo. En este Dios habita en el sancta sanctorum y sólo los sacerdotes pueden llegar a él. Los milagros públicamente portentosos y directos van disminuyendo para quedar más reducidos a milagros personales a través de algún juez o profeta que los efectúa en su nombre, pero al mismo tiempo ya dejan de ser milagros con relevancia en el destino de Israel y la humanidad. Así habían sido los pactos con Noé, con Abraham, las promesas de líneas de sucesión, el Diluvio como giro en la relación con la humanidad, el Decálogo en el Sinaí, la personal matanza de los primogénitos por parte del mismo Dios. Y así mismo su presencia física, directa, empírica: la lucha contra Jacob en Peniel donde Dios es una forma humana en conflicto con el futuro patriarca, etc., las apariciones como hombre o ángel.
(Sigue en comentarios)